No basta con construir infraestructuras claves para la Región, luego hay que ponerlas en valor, mantenerlas y llenarlas de usuarios. No está entonado el aeropuerto de Corvera, con la pérdida de 107.000 pasajeros entre enero y julio, en comparación con los que tuvo San Javier el año anterior. Ni siquiera el verano comenzó con buen pie, enfriando las expectativas del Gobierno regional y de la concesionaria Aena. La caída no puede atribuirse al mercado turístico, ya que el tráfico aeroportuario ha crecido un 5,5% este año a nivel nacional. Los factores son varios, y hay que encontrarlos en la reorganización de las conexiones aéreas, la marcha de algunas compañías, el cierre de varias rutas, y el menor poder de atracción de Corvera, hasta ahora. Sin duda, San Javier estaba mejor ubicado en cuanto a su proximidad a la zona sur de Alicante, sobre todo a Torrevieja y Orihuela Costa, superpoblados durante el verano. Corvera está más alejado de ese foco turístico y es un aeropuerto de interior comparado con su antecesor, bañado por el Mar Menor.

Hay que considerar otras causas: el aeropuerto de Corvera nació en la época de los excesos y las megalomanías, y ligó su futuro a los nuevos desarrollos urbanísticos en la costa, principalmente Marina de Cope, que se han desmoronado como un castillo de naipes. Unido a esto, un cambio de aeropuertos como el que se ha producido -algo inédito en España- necesita un cañonazo de publicidad y promoción por parte del Gobierno regional y otras administraciones para vender la Región como destino turístico. Esa apuesta ha sido escasa hasta ahora.

Hasta aquí el diagnóstico (seguro que hay otras causas). La lógica hacía pensar que un aeropuerto nuevo, más grande y con mejores servicios, debía tener un arranque exitoso que ensombreciera a su antecesor, pero no hay que olvidar que tal escenario no entraba en los planes conservadores de Aena, que conoce bastante bien el negocio. La sociedad público-privada ya tenía prevista una «pequeña caída» de tráfico en el primer año de funcionamiento, por diversos motivos, entre ellos el descuelgue de alguna aerolínea, según anunció hace año y medio su anterior presidente, Jaime García-Legaz. Esa previsión se está cumpliendo. Unido a esto, el contrato de concesión prevé un millón de pasajeros en el primer año de funcionamiento (4 millones al término del periodo de explotación). En teoría, Corvera podría perder hasta 270.000 pasajeros este año para cumplir con semejante planificación, ya que San Javier terminó el año pasado con 1.273.424 pasajeros gracias a su línea ascendente de ocupación.

Como no se trata de eso, el nuevo aeropuerto necesita ponerse las pilas para que esta caída de tráfico no se convierta en una costumbre, amén del dinero que le cuesta a los murcianos el préstamo de 182 millones de euros que siguen pagando debido a la gestión que hizo el PP, por si alguien se había olvidado. Seguiremos atentos al radar.

Largos meses de pruebas para que se acerque el AVE

El Ministerio de Fomento y Adif no sueltan prenda sobre la fecha de puesta en servicio del AVE en Elche y Orihuela. Asunto de Estado. Llevan seis meses de pruebas en la línea, de acuerdo con el plan de trabajo que avanzó la presidenta de la sociedad estatal, Isabel Pardo, según el cual el tren laboratorio ‘Séneca’ empezó en febrero a auscultar la línea hasta Beniel, incluidos los sistemas de seguridad. A partir de ahí, la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria decidirá cuando estará el tramo en condiciones de operar comercialmente. En esas estamos, puesto que no hay que dejar ningún resquicio que ponga en duda la seguridad, sobre todo después del accidente de Santiago de Compostela. Las fechas aproximadas que dio el ministro José Luis Ábalos (Semana Santa, julio…) se dilatan. Si se necesitan seis meses de comprobaciones (y lo que queda) para poder operar esta parte de la línea, habrá que prever otro plazo de pruebas para que el AVE se ponga en servicio en Murcia, una vez construida la estación soterrada. Eso lleva a poner en cuarentena el calendario del Ministerio, que baraja finales de 2020 o principios de 2021.

En la zona de obras del soterramiento han desaparecido casi todas las máquinas pantalladoras. Hubo seis trabajando destajo, que ya han cumplido su función. El ‘tubo’ avanza, salvo en la zona donde se cruzan los colectores de Emuasa. No se entiende que a estas alturas, por unos o por otros, no se hayan desviado esas tuberías, lo cual da pie a las quejas de la Plataforma Pro Soterramiento. En la parte más próxima a la estación no se aprecia mucha actividad para acometer la fase clave: el soterramiento parcial de los andenes para que opere el AVE. Tienen 15 meses.

Una carretera de 110 millones que se hunde

Levantar el asfalto para volver a compactar el terreno; o bien inyectar cemento e instalar más elementos drenantes. Son algunas de la opciones que tendrá que barajar la Consejería de Fomento para reparar la ‘autovía del bancal’ (Zeneta-San Javier) que está hecha literalmente unos zorros debido al hundimiento del firme en gran parte de su recorrido. La infraestructura construida por el Gobierno regional apenas tiene diez años y un largo historial de problemas casi desde su puesta en servicio. Costó 110 millones de euros y su galopante deterioro deja entrever claramente problemas de diseño y construcción, que ya se tenían que haber corregido. Si se trata de un terreno de margas limosas, con más motivo hubo que reforzar su compactación. Convendría saber cómo se hizo, con qué materiales y qué supervisión. No basta con parchear de nuevo la autovía para disimular los baches, algunos de ellos peligrosos para la conducción. Se precisa un estudio geotécnico a fondo. La Consejería aguarda el resultado del informe que ha encargado. Más gastos.

Fuente: laverdad.es