Llega el “Boom” de las apuestas “Se normaliza en gente que no iría a una tragaperras”

Estos locales aumentan de forma paralela a los problemas de ludopatía en toda la región, donde se han cuadruplicado el número de jugadores que piden ser vetados en salas de juego

La expansión de las casas de apuestas por toda España , también ha llegado a nuestra comarca. En nuestras calles es más fácil toparse con una tienda de apuestas que con una librería, lamentaba hace unos días un vecino de San Pedro del Pinatar en su cuenta de una red social. La localización de estos comercios es uno de los puntos más polémicos en este fenómeno. Hay colegios cercanos y esto hace que lo vean como negocios normales. También están al lado de parques con una zonas infantiles frecuentados por familias.

Es un fenómeno similar ocurre donde estos locales tienen mayor cabida en zonas habitadas por personas que ofrecen un perfil más vulnerable, dada su baja renta.

La ludopatía también se multiplica

Una proliferación de las casas de apuestas que se ha demostrado paralela a otro dato. Se trata del número de adictos que han pedido voluntariamente el veto en estos locales

Pero, ¿cómo alguien se da cuenta de que se ha convertido en un ludópata? La principal razón es la económica: están endeudados o han cometido hurtos para financiarse el juego”muchas veces se trata de deudas de varios miles de euros.

De este modo, endeudarse les genera una ansiedad que lleva problemas físicos como no comer, no dormir o incluso abandonar actos sociales como salir, faltar al trabajo o abandonar los estudios.

“La gente que más dinero se deja allí, realmente no tenía tanto.Son cosas en las que no reparas al principio, pero cuando pasa el tiempo, te das cuenta de la gravedad del asunto”. Cuenta un extrabajador de una de estas salas.

En este sentido, apunta que las empresas “deberían dar más formación a los trabajadores sobre ludopatía: veías a un cliente con problemas reales y lo único que te ofrecían era darle un formulario para que se excluyera voluntariamente del juego”. “Claro, ellos te dicen que no porque creen que no están enganchados”, señala este antiguo empleado

La principal diferencia de la ludopatía con otros tipos de adicciones, señalan las distintas fuentes consultadas, es que aquí no existe ninguna sustancia física. Pero la adicción al juego “es exactamente igual” que a las drogas: “No hay ninguna diferencia entre un consumidor de cocaína y un jugador de apuestas. Solo hay que ver la forma que tienen de jugar y el nivel de descontrol. No hay deterioro físico, pero sí cognitivo”.

Uno de los factores que más alarma causa entre los expertos es que el fenómeno alcanza a “personas que nunca se habían visto atraídas por un bingo o una tragaperras”. “Estos locales están por todos lados y, cuanto más accesible sean, es más probable que haya más gente en riesgo”“Antes se ocultaba, pero ahora se empieza a ver como algo socialmente aceptable”.

Apunta que, tanto él como otros monitores, ya han hablado de este tema con jóvenes de 18 años que han visitado casas de apuestas. “En vez de ir a jugar a la plaza, van a apostar a la ruleta o a que gana el Real Madrid”, pone como ejemplo: “Por ahora no parecen ser casos muy graves, pero asusta que algunos lo vean tan normal”.

“Echaba las quinielas de pequeño con mi padre por costumbre, pero lo abandoné hasta que estuve en la universidad”, explica Jorge (nombre ficticio), alumno de la Universidad de 24 años de edad. Jugador habitual, detalla que “apostar es un incentivo” a la hora de ver ciertos eventos deportivos: “Ahora me motiva más ver un partido que no sea de gran trascendencia, cosa que antes no me pasaba. Me fijo más en ciertos detalles”.

Pese a frecuentar estos locales, Jorge reconoce que “las casas de apuestas suelen jugar contra ti, y hay que saber ver eso, porque es un negocio que se aprovecha de serios problemas de muchos de sus clientes”.

Otras personas están a favor de estas salas y dicen: “¿Por qué no prohíben los estancos, las cadenas de comida basura o las tiendas de chuches?”. Lo que está claro es que, hay que orientar y educar a los jóvenes a distinguir el juego como un pasatiempo espontáneo, no como una adicción”.

Campañas de sensibilización, así como un refuerzo de la formación de la Policía Local en este ámbito.

Hay que concienciar a familias y colegios. El bombardeo de publicidad de estos negocios se tendría que bombardear con campañas de concienciación desde las instituciones.El desempleo y la precariedad como factores clave para que estos negocios abran en barrios de menor renta: “Lo que no posibilita el trabajo lo posibilita el juego como una especie de atajo, pero en cambio no hay financiación para ayudar a los ludópatas.

Delgado apunta que es “urgente” considerar importante regular la publicidad en medios de comunicación públicos: “La televisión y la radio tienen que dejar de publicitar anuncios que inviten a jugar”