Ecologistas en Acción publica su último informe relativo a los puntos críticos de la costa española por «mala gestión ambiental y contaminación» incluyendo a Mar Menor en su lista de banderas negras.

El Mar Menor, la Sierra Minera de Cartagena y La Unión y la bahía de Portmán vuelven a ser, un año más, los puntos críticos de la costa regional por «mala gestión ambiental y contaminación», según el informe Banderas Negras 2019 hecho público este jueves por Ecologistas en Acción. En su análisis anual del litoral español, estos enclaves se suman a otras 46 zonas degradadas a lo largo de 8.000 kilómetros de ribera marina que incluyen Ceuta y Melilla.

El informe anual de Ecologistas en Acción destaca de nuevo el Mar Menor como uno de los casos de mala gestión ambiental más relevantes de España, que se prolonga ya «durante décadas». Recuerda los antecedentes que provocaron un grave proceso de eutrofización hace poco más de dos años y critica la «falta de coordinación entre administraciones, que siguen sin tomar medidas urgentes y eficaces» para evitar «una situación de degradación irreversible». Así, Ecologistas en Acción denuncia que «no se ha reducido, la superficie de regadío (a pesar de que hasta la propia CHS reconoce que hay superficies ilegales), ni se han adoptado medidas eficaces para reducir drásticamente la llegada de sedimentos y nutrientes por las escorrentías, ni se está cerca reconseguir el vertido cero de salmueras».

Por otro lado, y especialmente tras la crisis ambiental de 2016, el gobierno regional sólo ha sabido alinearse con el sector agroindustrial, evitando aprobar la legislación y planificación necesaria, boicoteando los intentos de constituir un órgano de gestión global del Mar Menor, y criticando alguna de las actuaciones recientes que si han tenido impactos positivos en el estado de la laguna». No obstante, valora «positivamente el despertar de la sociedad al hacerse evidente el problema, presionando a las administraciones implicadas para que adopten soluciones eficaces».

En cuanto la Sierra Minera, donde los residuos de la actividad extractiva, paralizada hace décadas, contaminan aún grandes áreas, algunas muy próximas a núcleos habitados, el documento recuerda el estudio del investigador de la UPCT José Matías Peñas, «en el que se demostraba la presencia de metales pesados y sales en el entorno de El Llano del Beal». Sobre Portmán, los ecologistas critican la lentitud de los trabajos de recuperación ambiental de la bahía.

Denuncias a nivel nacional

A nivel estatal, en el informe se han asignado dos banderas negras a cada provincia litoral, más Ceuta y Melilla, por lo que se suman un total de 48 casos. Este año se han vuelto a asignar algunas banderas recurrentes que ya obtuvieron el galardón en el año 2018, como por ejemplo el hotel ilegal del Algarrobico (Almería), el proyecto del puerto de San Vicente de la Barquera (Cantabria) o la playa de Els Peixets (Valencia).

Para Clara Megías, coordinadora del informe, «este estudio tiene como objetivo realizar un diagnóstico de la salud de nuestras costas, en el cual alertamos cada año del deterioro que sufren, debido en gran parte, aunque no en exclusiva, a las actuaciones de la industria turístico-inmobiliaria, que tiene en ellas uno de sus principales atractivos para el turismo de masas».

El término turistificación se emplea para referirse a los impactos que provoca el aumento desmesurado de turistas en un lugar determinado (un barrio, una ciudad, etc.). La turistificación en una playa tiene consecuencias directas sobre la costa y su entorno. A lo largo del informe se exponen algunas de las consecuencias derivadas de este sector en los frágiles entornos litorales.

«La simbiosis entre el Estado y la industria turístico-inmobiliaria ha generado un cambio sociológico desde la implantación del monocultivo turístico en nuestros entornos litorales», declaró Megías. Sin embargo, lejos de la extendida noción de que la sociedad española vive del turismo, Ecologistas en Acción detalla en su estudio cómo el aumento del turismo no conlleva un aumento de la riqueza.

Asimismo, el informe señala que el modelo actual de turismo conlleva la explotación de unos recursos que se encuentran amenazados y sobrepasa la capacidad de muchas localidades para enfrentar a la gran cantidad de turistas que visitan las playas. ‘Banderas Negras 2019’ da cuenta de problemáticas sin resolver, algunas recurrentes en el tiempo y otras no.

Su clasificación en función de las causas de origen es la siguiente: 15 banderas negras por vertidos de aguas sin depurar; nueve banderas negras por especulación urbanística; nueve banderas negras por afecciones industriales; seis banderas negras por puertos y cruceros; seis banderas negras por regresión costera; dos banderas negras por acumulación de basuras; y sos banderas negras por otras actividades como los fondeos.

Al igual que en 2018, el mayor problema del litoral español se centra en los vertidos de aguas y su mala depuración. «No podemos dejar de mencionar la grave y persistente amenaza que supone la crisis climática», recalcó Clara Megías. Los entornos litorales son unos sistemas muy expuestos a las variaciones marítimas y continentales a lo largo del tiempo, por lo cual se consideran uno de los entornos más frágiles a nivel mundial.

Por este motivo, los diferentes escenarios litorales se verán gravemente afectados por los cambios derivados de la crisis climática. «Con sus efectos no solo perderemos parte de un territorio que inevitablemente nos reconducirá a replantear nuestra distribución geográfica, sino que estaremos perdiendo unos bienes y servicios que son la base de nuestra estabilidad y seguridad», concluyó Megías. Con ello, el actual negocio del turismo también se verá amenazado, desplazando sus preferencias geográficas a otros lugares.

Fuente: laverdad.es