Un grupo de quince científicos de la Universidad de Murcia, del Instituto Español de Oceanografía, del Cebas-CSIC, de la Universidad de Alicante, de la Fundación Nueva Cultura del Agua y de la Universidad Politécnica de Cartagena han emitido un comunicado en el que subrayan «en base a nuestro conocimiento y trayectoria investigadora» que «el Mar Menor es un ecosistema profundamente degradado y desequilibrado muy lejos de su recuperación».

Estos investigadores han manifestado «su desacuerdo» con las interpretaciones y diagnósticos sobre la evolución y estado de la laguna salada que se están transmitiendo a la opinión pública en nombre del Comité de Asesoramiento Científico, del que algunos siguen siendo miembros. Un comité que, indican, «carece actualmente de operatividad y no se ha reunido en plenario en el último año».

El comunicado está firmado por Elena Barcala Bellod, Juan Antonio Campillo, Eugenio Fraile Nuez, Víctor M. León León, Concepción Martínez Gómez, Jesús Mercado Carmona, Juan Manuel Ruiz Fernández y Juan Santos Echeandía, del Instituto Español de Oceanografía; por Miguel Ángel Esteve Selma, Rosa Gómez Cerezo, Francisco Robledano Aymerich (Universidad de Murcia); por Francisca Giménez Casalduero (Universidad de Alicante), Gonzalo González Barberá (CEBAS-CSIC), Julia Martínez Fernández (Fundación Nueva Cultura del Agua) y José Álvarez Rogel (Universidad Politécnica de Cartagena).

Apuntan que las interpretaciones y diagnósticos que se transmiten a través de una pretendida portavocía «obvian las investigaciones realizadas en los últimos dos años, financiadas en muchos casos por la propia Administración Regional» y las califican de «irresponsables, oportunistas e improvisadas, al hilo de eventos anómalos como espumas y mortalidad de animales, sobre la base de valoraciones personales de pretendidos líderes de opinión, cuyo discurso a menudo cambia según a quién vaya dirigido el mensaje».

Niegan que el Mar Menor «esté mejor que nunca y que todo está controlado», y subrayan que es un ecosistema «profundamente degradado y desequilibrado muy lejos de su recuperación», sometido aún a la múltiples presiones antrópicas que lo llevaron al colapso.

«El actual color verde del agua no obedece a vertidos puntuales o a un incremento de las temperaturas o los vientos, es fruto de un proceso cuyo motor principal es el exceso de nutrientes de origen tanto externo como interno». Y recuerdan que hay datos más que suficientes para asumir que hemos pasado de un estado oligotrófico (pobre en nutrientes) a otro eutrófico (rico en nutrientes) «cuya reversión es muy complicada, e imposible a corto plazo».

Los investigadores advierten que actuaciones como el ensanchamiento de las golas o la recogida de aguas de la cuenca para su vertido en el Mediterráneo contradicen los informes del propio Comité «y son fruto del nerviosismo y de una visión cortoplacista, incompatible con la recuperación de un ecosistema, por definición, compleja».

Por último, destacan que se sienten obligados a emitir este comunicado «dando transparencia al debate científico en torno al Mar Menor, para conocimiento de colectivos interesados y sociedad en general».

Fuente: laopiniondemurcia.es