Los pescadores conocen popularmente estos mucílagos como ‘babas’ o ‘mocos’, por su textura y color verdoso. Un fenómeno que ya había sido documentado durante los últimos años en diferentes puntos del litoral Mediterráneo al proliferar rápidamente las microalgas, creando en algunas zonas un manto que, al deshacerse, forma nubes y madejas en forma de telas de araña. La causa principal, apunta ANSE, es la presencia de nutrientes «por encima de las concentraciones naturales normales».
Desequilibrio del ecosistema
Estas ‘babas’ pueden producirse de forma natural en el Mediterráneo por afloramiento de aguas profundas, pero también pueden responder a los vertidos de la actividad humana. Por el momento se desconocen las causas de los mucílagos detectados en el Mar Menor.
«La aparición de este mucílago podría ser también consecuencia del desequilibrio del ecosistema lagunar por las alteraciones producidas en los últimos años a causa de los aportes de enormes cantidades de abonos procedentes de la gran planicie con regadíos intensivos del Campo de Cartagena. Este mismo proceso es el que explica la proliferación paralela de grandes formaciones de algas verdes en superficie en la orilla norte del Mar Menor (playas de Villananitos), favorecidas por los aportes de aguas ricas en nutrientes del freático y el predominio de una situación atmosférica anticiclónica, que viene acompañada del aumento de la temperatura del aire y del agua, y el incremento de la insolación», señala Pedro García.
En algunos puntos del Mediterráneo, como las costas del Adriático, y en muchas zonas costeras del mundo, «la proliferación de algas ha sido identificada como uno de los síntomas más relevantes de la eutrofización del sistema y ha despertado una gran preocupación por su repercusión negativa sobre el turismo, dadas las molestias para el baño», insiste el director de ANSE.
Fuente: laverdad.es