El riesgo de una nueva DANA dispara las alarmas en el Mar Menor por una mayor contaminación

Las previsiones apuntan a un posible episodio de lluvias torrenciales que provocaría el arrastre a la laguna de los nitratos presentes en la superficie de las fincas agrícolas.

Quince toneladas de algas y peces muertos. Este era, hasta este fin de semana, el balance del último episodio de anoxia —falta de oxígeno en el agua por la presencia de nitratos ligados a la actividad agrícola— que ha sufrido el Mar Menor provocando daños irreparables en la fauna y flora de la laguna salada más grande de Europa. El enclave todavía no se ha recuperado de una de las crisis medioambientales más graves que ha sufrido y, ahora, un fenómeno meteorológico amenaza con empeorar aún más la situación. El riesgo de DANA (depresión asilada en niveles altos) en la región, y con ella la llegada de lluvias intensas y riadas, provocaría el arrastre de una mayor cantidad de sustancias nocivas que irían a depositarse en el paraje. “Las consecuencias serían fatales”, resume el consejero de Presidencia, Marcos Ortuño. Ante este escenario, desde el Gobierno de la comunidad se redoblan las críticas hacia la inacción del Ejecutivo central. El presidente, Fernando López Miras, y otros cargos llevan días insistiendo en que el Mar Menor Murcia necesita actuaciones inmediatas que eviten el vertido de nitratos en la laguna. “El ministerio es el que tiene las competencias y no actúa. La situación es muy grave y necesitamos medidas urgentes”, implora, en declaraciones a El Confidencial, Ortuño. La imagen de entendimiento y cordialidad entre la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el dirigente murciano tras el encuentro que ambos mantuvieron la semana pasada parece cada vez más lejana.

Fue precisamente una DANA la causante en octubre de 2019 de la muerte de toneladas de peces y crustáceos en el Mar Menor. Las fuertes lluvias arrastraron los nitratos superficiales de las tierras de cultivo hasta la laguna. La imagen fue muy similar a la que se registraba este agosto. Miles y miles de peces y crustáceos agonizando y descomponiéndose en las orillas y agua del enclave. El Gobierno de Murcia aprobó la semana pasada la prohibición del uso de fertilizantes nitrogenados inorgánicos para evitar que lluvias torrenciales puedan arrastrar hasta la laguna los residuos que quedan sobre la tierra. Pero no es suficiente para el Ejecutivo regional, que vuelve a exigir que el ministerio actúe dentro de sus competencias. Es decir, que permita rebajar el calado de la gola de Marchamalo, una de las salidas naturales del Mar Menor al Mediterráneo, y evitar que la rambla del Albujón descargue en el paraje aguas procedentes de la agricultura y cargadas de materia orgánica.

Fuente: elconfidencial.com