Salir a hacer deporte por la huerta, a trabajar al campo o a pasear por el jardín del barrio, y volver después a casa sin ninguna picadura, se ha convertido estas últimas semanas en toda una hazaña, porque las nubes de mosquitos campan a sus anchas por la Región, desde los municipios del interior, como Cieza, a las playas del Mar Menor. Las aguas estancadas tras el episodio de gota fría son un regalo para la anidación de las diferentes especies, y a esto se ha unido un verano interminable, con altas temperaturas que dan rienda suelta a la proliferación de huevos y larvas.

Los expertos confirman lo que cualquiera ha podido ver en su entorno más cercano. «Nos estamos encontrando con picos de 3.000 o 3.500 huevos de mosquito tigre – ‘Aedes albopictus’- en las trampas de control instaladas en municipios como Molina de Segura», explica Francisco Collantes, profesor de Zoología de la Universidad de Murcia y coordinador de un programa desarrollado en colaboración con la Dirección General de Salud Pública para el control de este mosquito en la Región. Pero aunque el ‘aedes’ es especialmente vigilado por su potencial capacidad para actuar de vector de transmisión de virus como el dengue, el problema en estas últimas semanas no se circunscribe ni mucho menos a esta especie. El ‘culex’ o mosquito común se encuentra también en plena explosión en la Región. Tras la DANA, Collantes acudió a Los Alcázares y otros puntos del Mar Menor y pudo comprobar sobre el terreno cómo el agua estancada se convertía en terreno abonado para la proliferación de huevos.

En Cartagena, las quejas ciudadanas llevaron al Ayuntamiento a fumigar en buena parte del término municipal la semana pasada. Los mosquitos se han convertido en una auténtica plaga en todo el arco sur, desde la desembocadura de la rambla del Albujón hasta el Vivero de La Manga. Los vecinos de Los Urrutias, Mar de Cristal, Islas Menores, Los Nietos, Playa Honda y Playa Paraíso pueden dar fe. También en la rambla de Benipila se formaron grandes charcos que hicieron suyos los mosquitos. El problema se extiende a Murcia, donde el servicio de Zoonosis del Ayuntamiento no da abasto para atender las demandas vecinales. «Tenemos avisos de todas las pedanías», confirma Eduardo González, jefe de este departamento. Para poder dar respuesta a todos los avisos, la junta de gobierno aprobó el viernes pasado un «contrato de emergencia» con la empresa concesionaria del servicio de control de plagas. Se destinarán 40.000 euros para reforzar con cuatro técnicos los efectivos disponibles, que ascenderán así a 16.

Con helicóptero

Desde finales de septiembre, un helicóptero fumiga los principales focos de mosquitos en las pedanías del sureste: El Raal, Alquerías, Zeneta y Los Ramos. Además, se están fumigando todos los parques y jardines públicos de barrios y pedanías, entre las cinco y las ocho de la mañana, y se revisarán «todos los imbornales», detalla Eduardo González. Al mismo tiempo, se está ‘mapeando’ el termino municipal con la ayuda tanto de un helicóptero como de drones, para localizar los focos.

Las quejas, a la espera de que estas medidas den sus frutos, son generalizadas, y los vecinos suben a las redes sociales fotos de sus piernas y brazos cosidos a picotazos en Espinardo, Guadalupe, Los Garres, Churra, Gea y Truyols, La Alberca, El Palmar, Algezares, Santo Ángel y Vistabella, entre otros puntos del municipio.

La situación se repite en Molina de Segura, sobre todo en las zonas más afectadas por la DANA y el posterior estancamiento de agua, como La Ribera de Molina, Torrealta y el barrio de Santa Rita. El concejal de Deportes y Salud, Miguel Ángel Cantero, anuncia el refuerzo del control del mosquito tigre en estas áreas y ha pedido la colaboración ciudadana, especialmente en urbanizaciones y zonas de huerta.

Mientras tanto, en Los Albares (Cieza) sufren el problema con especial virulencia. Los mosquitos se han hecho fuertes en una planta de tratamiento de contenedores de plástico situada junto a las viviendas, y algunos vecinos terminaron la semana pasada en Urgencias del centro de salud cosidos a picaduras. Todo indica que el mosquito tigre es responsable de al menos parte de estas molestias, porque por primera vez se ha detectado su presencia en Cieza, aunque Salud Pública tiene todavía que confirmar los resultados de las muestras recogidas. Hasta ahora, el municipio era uno de los pocos puntos de la Región libres de ‘aedes’.

En todas las comarcas

Con su llegada la Vega Alta, el mosquito tigre se ha extendido ya a todas las comarcas, incluidas las situadas más al interior, como el Noroeste o el Altiplano. En esta época, además, vive su momento de mayor eclosión, subraya el profesor de Zoología de la UMU Francisco Collantes, uno de los principales expertos en el ‘aedes albopictus’ en España.

Este otoño está siendo especialmente propicio. La Región se ha convertido en un auténtico paraíso para este mosquito, que no fue detectado hasta 2011, después de que entrase a España por Cataluña en 2004. Originario de Asia, este invasor ha ido colonizando territorios hasta hacerse fuerte en el mediterráneo. Su exterminación ya no es posible, admiten los expertos, y a lo más que se puede aspirar es al control de su población para evitar una proliferación excesiva y prevenir, con ello, problemas de salud pública.

Colaboración ciudadana

Pero, para tener éxito en esa tarea, la colaboración ciudadana es fundamental. En la mayoría de los casos, el ‘aedes’ no pone sus huevos en espacios públicos, sino en pequeñas acumulaciones de agua de casas particulares, piscinas o terrazas, recuerda Eduardo González, jefe de Zoonosis del Ayuntamiento de Murcia. De ahí que sea imprescindible seguir una serie de recomendaciones básicas, como no mantener agua estancada en platos de maceteros, o en balsas. «En esta época muchas piscinas se dejan de utilizar, pero queda agua», y el ‘aedes’ apenas necesita una pequeña lámina para poner sus huevos, advierte el experto. De hecho, suele huir de los grandes charcos, más propicios para el mosquito común. Así que vaciar convenientemente las piscinas es una de las tareas a tener en cuenta, subraya González.

Esperando el invierno

Habitualmente, la presencia del mosquito tigre empieza a reducirse a mediados de noviembre, y vuelve de nuevo a aparecer en primavera. De momento, las temperaturas de estas semanas hacen de la Región un hábitat ideal para esta y otras especies de mosquito, y a ello se une la huella aún visible de la DANA. Mientras las condiciones no cambien, la única forma de prevenir las picaduras será evitar la proliferación de anidamientos en las casas y ponerse manga larga, especialmente a primera hora de la mañana y última de la tarde, que es cuando los mosquitos tienden a estar más activos.

Fuente: laverdad.es