El Mar Menor contaba con cinco golas o canales por las que entraban las embarcaciones, y que servían de enlaces con el Mar Mediterráneo: Harco, Torre, Ventorrillo, El Estacio y Marchamalo. En ellas la salinidad alcanza las 52 partes por mil, o gramos por litro, en verano: catorce más que las aguas mediterráneas en la misma estación. En época árabe, las encañizadas constituyeron durante muchos siglos el rasgo más característico del lugar, contando con una en cada gola.

Encañizadas

Las encañizadas son una especie de tabique que se fabrica con cañas, estacas y mayas de red, en las lagunas, ríos o mares para poder pescar fácilmente. Para desempescar las paranzas y embustes, utilizaban salabres y barcas planas llamadas planchas, con las que los mozos de encañizada llevaban el pescado a tierra. La travesía es el artilugio o barrera de cañas y red que desvía los peces de una parte de la gola a la otra, hacia la encañizada.

La red de El Estacio era la que capturaba mayor número de mújol, y la de Torres y Charco eran más fertiles en la pesca de ladorada.

También destaca la pesca del langostino, denominado langostinera, que se coloca por la noche hasta el día siguiente, cuando se recogen todavía vivos y se llevan a las lonjas.

Otro sistema típico de pesca en el Mar Menor consiste en calar una red perpendicular a la costa, finalizando en una moruna (una red dispuesta en espiral). Los peces, al encontrarse una barrera, siguen la red perpendicular a la costa y entran en la espiral, de donde ya no podrán salir y serán capturados.

Sistemas de explotación de las encañizadas

De las cinco encañizadas que había en la década de los 60, las de Torres y Ventorrillo eran de propiedad estatal, que las arrendaba en subasta pública. Así, los dueños y arrendatarios ocupaban la mayor parte de la zona, impidiendo faenar cerca de las golas a los modestos pescadores de la albufera, que en aquella época reunían 140 embarcaciones y unos 800 hombres.

En San Pedro del Pinatar se ubicó la primera y única Cofradía de Pescadores de la albufera, y en 1918 se fundó el primer depósito de pescadores; mientras que de 1983 datan la primera Ayudantía de Marina y el Gremio de Mareantes, que tuvieron su sede en San Javier.

Especies tradicionales

Hasta el año 1960, las especies más abundantes del Mar Menor fueron: el mújol (pardete, galupe, galúa, lisa y nosraguto), la dorada, el salmonete y el magre. De 1967 a 1971 hubo un claro predominio de anguilas, y del 65 al 67 se produjo una importante crisis para el langostino, produciéndose el despertar pesquero y comercial de este crustáceo en 1968.

Actualmente predomina la anguila, el mújol y el chirrete, aunque también se encuentran boquerones, gambas, lenguados, lobarros, sargos y salmonetes. También es posible encontrar entre hojas de algas y flores marinas los característicos caballitos de mar: cuyos adultos se fijan en la base de las algas con su cola, y los más pequeños, se fijan a las hojas flotantes muertas. Otra especie presente son las agujas, que tienen una forma de vida muy parecida a la de los caballitos de mar, camuflándose entre la vegetación y adquiriendo en ocasiones el aspecto de las hojas de algas.