Sin embargo, y a pesar de la gran entrada de nutrientes y del alto nivel freático, el sistema de autorregulación del Mar Menor sigue respondiendo de un modo que considera asombroso. Los parámetros así lo indican: hay niveles bajos de clorofila, y la transparencia se mantiene en torno a los cinco metros de profundidad en toda la laguna. De hecho, la transparencia tiene los mejores registros en la serie de los últimos diez años. El agua solo empeora su situación cuando el viento de levante hace aflorar los restos del fondo, arrastrados por los pasados temporales:
Las propuestas de los expertos no varían. Se pide que la coordinación existente entre las administraciones central, autonómica y local sea aprovechada para diseñar una «infraestructura inteligente» que utilice el sistema de cultivos para aliviar el nivel freático, y que separe las aguas de lluvia de las del sistema de alcantarillado, para que las tormentas no lleven todo el material hacia el Mar Menor. La agricultura puede ser parte de la solución gracias al sistema de pozos subterráneos, pero es indispensable el acuerdo entre todos los implicados y presupuesto suficiente.
Fuente: orm.es