Dos miembros del servicio de Protección Civil de San Pedro del Pinatar (Carlos Ramirez y Alejandro Guillén) salvan la vida a un niño de 14 días que no respiraba

Dos minutos es el tiempo que emplearon ayer dos miembros del servicio de Emergencias y Protección Civil del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar en acudir una vivienda donde un bebé de apenas catorce días se encontraba inconsciente y no respiraba. Si hubiese pasado más tiempo, quizá el desenlace de esta heroica historia no habría sido el mismo. «El niño había entrado en parada cardiorrespiratoria; en ese estado, a los seis minutos sin asistencia ya aparecen secuelas irreversibles, y a los diez hay muerte cerebral», explica Carlos Ramírez, uno de los técnicos que asistió al pequeño.

Tras recibir un aviso a la 18.15 horas del centro de coordinación de emergencias 112 en la base de Protección Civil, los dos sanitarios llegaron al piso, ubicado en la primera planta de un edificio. «Subimos los escalones de cuatro en cuatro y al llegar vimos a una mujer que tenía un recién nacido en brazos. El menor estaba morado y no se movía. La madre solo nos decía: ¡Mocos, mocos!», recuerda Ramírez.

Él y su compañero Alejandro Guillén cogieron al bebé y bajaron a la calle, donde le practicaron la maniobra de Heimlich. Al poco, el niño expulsó una masa de la garganta y empezó a llorar. «Se había atragantado con una aglomeración de mocos y reaccionó a las comprensiones abdominales. Lloró, y con él, lloramos los dos. Fue muy emocionante verle respirar y volver a la vida», afirma el sanitario de Protección Civil.

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