La investigación revela que existe menor ocupación y precios más bajos en las zonas más afectadas de la laguna salada. El deterioro medioambiental del Mar Menor también se ve en Airbnb. La popular plataforma de alojamientos turísticos refleja en sus precios la calidad del agua de la laguna salada, según las conclusiones del Trabajo Fin de Grado de una alumna de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Politécnica de Cartagena.

La estudiante María del Mar Fernández Ferrero ha concluido sus estudios en ADE con un análisis, dirigido por María Luz Maté y codirigido por Ricardo Teruel, de los precios de miles de apartamentos ofertados en Airbnb en las localidades costeras del Mar Menor.

Gracias al proveedor de datos de alojamiento AirDNA, la alumna ha podido observar la evolución de la oferta de apartamentos entre los veranos de 2017 y 2019, un estío en el que llegaron a registrarse 3.148 observaciones de ofertas.

“A pesar de que inicialmente el modelo de explotación turística parecía ir acompañado de un aumento en la demanda, en los últimos años esta tendencia no ha continuado, con una disminución significativa del número de visitantes sobre todo no residentes. Este efecto puede venir motivado por el estado medioambiental del Mar Menor, del que se han hecho eco tanto medios nacionales como internacionales”, señala la directora del TFG.

Las conclusiones del trabajo no dejan lugar a dudas, “el estado del agua en la laguna afecta a la percepción por parte de los turistas de la situación actual y, por consiguiente, al precio de los alojamientos”, resume la alumna, indicando las correlaciones encontradas entre las diferentes zonas de baño del Mar Menor.

Así, los alojamientos de La Manga, donde los niveles de clorofila y turbidez no han sido tan altos, son más caros que los alojamientos en las playas de La Ribera o Los Alcázares, donde más se aprecia el deterioro ambiental.

Fuente: laopiniondemurcia.es