El Colegio de Geógrafos alerta de que el Mar Menor «no se podrá recuperar sin actuar sobre las aguas subterráneas»

El Colegio Oficial de Geólogos (Icog) deja claro que el Mar Menor « no se podrá recuperar sin actuar sobre las aguas subterráneas». Recuerda que en los últimos años, cuando se ha reducido la explotación asociada a las desalobradoras, el nivel del tramo superior del acuífero «ha vuelto a subir, muy cargado ahora de nitratos, y se ha incrementado la descarga al Mar Menor».

Así lo manifiesta el hidrogeólogo José Luis García Aróstegui, científico titular del Instituto Geológico y Minero de España y profesor asociado del Departamento de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia (UMU), que destaca que «el problema es de tal calibre que podemos reducir la agricultura todo lo que queramos, pero difícilmente vamos a recuperar el acuífero».

A su juicio, «una parte importante de la recuperación del Mar Menor pasa primero por actuar sobre el acuífero del Campo de Cartagena, muy degradado en su tramo superior, el acuífero cuaternario». Y es que, puntualiza, «es el principal aporte de agua salobre y cargada de nitratos a la laguna. La consideración de la hidrogeología, una de las ramas de las ciencias geológicas, es por tanto fundamental para entender el problema».

«Estamos hablando de un acuífero complejo, con varias capas, cuyo tramo superior está en contacto con el Mar Menor. Por lo tanto, todas las actividades que se hagan sobre él acaban teniendo repercusión en la zona de descarga de este acuífero», explica García Aróstegui. « El agua del acuífero no es de buena calidad, en parte porque a mediados del siglo XX sufría un importante proceso de intrusión de agua marina procedente del Mar Menor, motivo por el cual proliferan las desalobradoras para usarla en el regadío a partir de mediados de los años 90», detalla García Aróstegui.

Este hidrogeólogo explica que los rechazos de las desalobradoras acabaron infiltrándose en el tramo superior del acuífero, contribuyendo aún más a su degradación. No obstante, considera necesario que los agricultores del Campo de Cartagena sigan apostando por un uso más eficiente y sostenible del agua y de los fertilizantes, además de acabar con las superficies de regadío ilegales.

García Aróstegui recuerda que los dos últimos eventos de precipitaciones abundantes a finales de 2018 y octubre de 2019 han elevado notablemente los niveles de aguas subterráneas, lo que está provocando que en algunos puntos esté emergiendo agua a la superficie. El caso más claro es la rambla del Albujón. Según el hidrogeólogo, aproximadamente a 3 ó 4 kilómetros de su desembocadura en el Mar Menor, el cauce comienza a llevar abundante agua, «y eso no es un vertido puntual de agricultores cercanos, es agua subterránea que emerge».

Los geógrafos piden que se reordene el territorio

Por su parte, la Junta de Gobierno de la Delegación Territorial del Colegio de Geógrafos de la Región de Murcia reclama a los políticos que tomen decisiones «valientes» para salvar el Mar Menor y se produzca una «reordenación» del territorio, ya que Murcia «se encuentra ante un episodio crítico en el devenir de uno de sus enclaves ecológicos más singulares, la laguna».

Recuerda dicho Colegio que entre las actividades que más repercusión están teniendo en el devenir de la laguna destaca «el auge de la agricultura intensiva y la propagación del desarrollo urbano motivado, en gran medida, por la atracción turística generada por este espacio litoral». Y es que, puntualiza, «durante las últimas décadas, estos aprovechamientos han tenido un desarrollo ciertamente descontrolado».

«Esto provoca una ocupación urbana desordenada en todo el entorno del Mar Menor, invadiendo numerosas zonas inundables, sobre todo en los municipios de San Javier y Los Alcázares», reconoce el Colegio El origen de que el Mar Menor se encuentre en esta situación «es el resultado de las diversas malas prácticas referidas a la ordenación del territorio que se vienen llevando a cabo durante las últimas décadas».

Tras años de políticas y proyectos «nefastos e ineficaces», añade, «el colapso de Mar Menor parece inevitable», por lo que apuesta por la adopción de medidas «apoyadas por la comunidad científica». Y es que, manifiesta, «el Mar Menor no es un embalse en el que se pueda controlar la entrada y salida de nitratos, aguas residuales o sedimentos; la clave para solucionar el problema está en la ordenación del territorio, por lo que se deben reordenar las distintas actividades de este marco territorial si se quiere solucionar o minimizar el problema: comenzando por la drástica reducción de la superficie de regadíos y, continuando por un desarrollo urbano sostenible». Otra medida adecuada que se debería estudiar sería «la creación del Parque Regional del Mar Menor, para otorgar una mayor seguridad y protección a este espacio natural tan singular».

Fuente: laverdad.es