El Gobierno murciano retira seis veces más de biomasa del Mar Menor en 2022 que en años anteriores

El Gobierno murciano ha retirado 10.509 toneladas de biomasa del Mar Menor desde el pasado 1 de enero, una cantidad seis veces superior a la media extraída anualmente desde 2017 y que ha permitido evitar una nueva “catástrofe” en la laguna salada, según apuntan desde la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar y el Comité Científico que se encarga del seguimiento de este ecosistema.

El Gobierno murciano

En declaraciones, el portavoz del Comité de Asesoramiento Científico, Emilio María Dolores, ha recordado que la Comunidad lleva varios años retirando biomasa pero en unos valores “muy inferiores” a los de este 2022. Y es que la media de biomasa retirada en los últimos cuatro años puede estar en torno a las 1.600 o 1.700 toneladas anuales. Así pues, en lo que va de 2022 se ha retirado una cifra de biomasa seis veces superior a lo que se quitó durante anualidades completas anteriores.

María Dolores ha achacado esta diferencia a que “este año hay una proliferación de ova mayor porque ha habido una entrada de nutrientes superior a la de años anteriores”. Por ejemplo, en 2021 entraron a la laguna salada del orden de 720 toneladas de nitrógeno en todo el año, mientras que en 2022 ya se han sobrepasado las 970 toneladas.

Por tanto, ese exceso de nitrógeno en el agua, en diferentes formas químicas, está favoreciendo que se genere esta proliferación de algas. En caso de no haberse retirado estas 10.509 toneladas de biomasa, María Dolores ha señalado que el efecto habría sido “catastrófico” para el ecosistema porque la extracción de algas “supone quitar materia orgánica”.

Las algas retiradas se han sometido a analíticas tras su desecación y se ha estimado el nitrógeno y el fósforo que contenían. A base de los resultados, esas 10.509 toneladas de biomasa “equivalen a 219 toneladas de nitrógeno y a 7,29 toneladas de fósforo” que, en caso de no haberse extraído, estarían en el agua y disponibles para generar más problemas.

“Ambos componentes estarían favoreciendo ahora mismo la eutrofización” de la laguna salada, según María Dolores, quien explica que quitar el nitrógeno y el fósforo permite bajar la disponibilidad de nutrientes dentro de la columna de agua y, por tanto, disminuye el riesgo de que prolifere el fitoplancton.

El Comité de Asesoramiento Científico no tiene ninguna estimación de la biomasa que quedaría por extraer del Mar Menor porque la ova se está generando cada día y su proliferación depende de múltiples factores como los niveles de nutrientes, la competencia de esos nutrientes con otros organismos marinos vivos, la temperatura y otros factores oceanográficos.

150 PERSONAS TRABAJAN DIARIAMENTE EN LA RETIRADA

En este sentido, el personal al servicio de la Comunidad limpia cada día una zona diferente en función de la detección de las mayor concentraciones de biomasa que se observan sobre el terreno. En total, dispone de una media de 150 personas integradas en brigadas dedicadas a esta labor todos los días. De ellos, un centenar de personas realizan la tarea a pie y otras 50 personas en el mar, pertenecientes a la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar.

Ahora mismo, estas brigadas responden a un contrato de emergencia por parte del Gobierno regional, porque el Comité alertó que urgía retirar esa biomasa desde el punto de vista técnico y científico. En total, la Comunidad ha invertido entre 5 y 7 millones de euros en contratos de emergencia destinados a tareas de limpieza.

LA ESTACIÓN DE BOMBEO, FUNDAMENTAL

El catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia, Ángel Pérez Ruzafa, ha corroborado que se está extrayendo todo lo que puede ser biomasa de proliferación o crecimiento rápido, sobre todo, las más nitrófilas y que son las que tienen más afinidad con los vertidos de tipo urbano, nitratos y fósforo.

Ha explicado que son especies que aprovechan muy rápido los nutrientes disponibles y tienen tendencia a acumularse. Cuando se pudren, posteriormente, forman mucha materia orgánica. Esta es la biomasa que ha estado provocando en estos últimos años enfangamientos en las playas.

“Ese fango, que se queda muy particulado en las playas, se moviliza con el oleaje y, en verano, esas partículas en suspensión son las que se van acumulando en las zonas profundas de la cubeta y terminan provocando anoxia”, según Pérez Ruzafa, quien señala que es muy importante su retirada, tal y como se viene alertando desde hace cuatro o cinco años.

El problema eclosionó a partir de la primavera, cuando empezó a subir el nivel freático y a salir agua no solo por la Rambla del Albujón, sino también por numerosos cauces y zonas de playa. En ese momento, los científicos aconsejaron la retirada de la biomasa con rastrillos manuales “para no alterar el sedimento y no perjudicar a las praderas de Cymodocea, que no solamente no causan ningún problema, sino que la biomasa les asfixia y les tapa la luz”.

Pérez Ruzafa ha indicado que la tarea de extracción se ha realizado en 2022 de forma “muy metódica” y se ha extraído una gran cantidad de biomasa. Lo más beneficioso, a su juicio, es que “no únicamente se impide la formación de materia orgánica y reduce los riesgos de anoxia cuando lleguen las altas temperaturas, sino que la biomasa ha secuestrado muchos de los nutrientes que han estado entrando” a la laguna salada.

De esta manera, de la mano de esa biomasa se extraen muchos nitratos, nitrógeno y fósforo. “Así, se hace una doble labor de prevención de la formación de fangos y de retirada de esos nutrientes”, ha añadido.

Ha remarcado la importancia de ser “metódico” en la retirada de esta biomasa, sobre todo, hasta que no se consiga una infraestructura de gestión que disminuya las entradas de aguas y que rebaje el nivel freático. De hecho, ha augurado que, el día que se consiga bajar ese nivel freático por debajo del nivel del mar, este tipo de tarea “no serán tan necesarias”.

“Cualquier reducción de los nutrientes que se acumulan en el Mar Menor es fundamental para conseguir que no se rompa el ecosistema”, según Pérez Ruzafa, quien explica que la retirada de biomasa juega un papel “fundamental” en este sentido.

No obstante, también ha emplazado a poner en funcionamiento la estación de bombeo de la rambla del Albujón, que permite extraer entre el 30% o 40% de lo que está entrando, porcentaje que “ya es suficiente para que la laguna salada empiece a tener capacidad de control”. En cambio, cuando su funcionamiento se interrumpe, el riesgo de que haya una crisis distrófica “se multiplica por diez”.

“El hecho de que pueda haber un fenómeno de anoxia o no va a depender de que también funcione la estación de bombeo, de las condiciones climatológicas que se registren y de la cantidad de nutrientes que entren de aquí hasta agosto”, según Pérez Ruzafa, quien ha asegurado, no obstante, que la extracción de biomasa “es fundamental para reducir los riesgos”.

“LA SITUACIÓN MEJORA GRACIAS A LA LIMPIEZA”

El patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, José Blaya, ha señalado que esta retirada de biomasa “es una acción muy positiva” para su colectivo. De hecho, ha constatado que la situación se encuentra “estable” y va mejorando gracias a esta limpieza.

Ha señalado que los pescadores están limpiando, sobre todo, en toda la zona sur del Mar Menor, que es donde hay más ova localizada. La Cofradía tiene 50 personas a bordo de unas 35 embarcaciones desplegadas todos los días, que sacan unas 50 toneladas de ova diaria.

En caso de no haber llevado a cabo esta tarea de extracción de biomasa, Blaya ha reconocido que la pesca habría sido más difícil porque las redes se llenan de ova e impiden la tarea.

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Fuente: laopiniondemurcia.es