Los precios de la lubina y la dorada del Mar Menor han bajado a la mitad al desaparecer la demanda que generan los establecimientos de hostelería. En estos momentos están vendiéndose a unos 9 o 9,5 euros, según indicó José Blaya.
El presidente de la Cofradía de Pescadores de San Pedro se lamenta de que el sector carece de las ayudas públicas que van a tener otros colectivos y calcula que las ventas se han reducido en torno al 60%, aunque tampoco ve buenas perspectivas para la campaña de Navidad. «Tenemos que seguir pescando, porque nosotros no tenemos ayudas ni ERTE», se lamentó José Blaya.
Sin embargo, señaló que los resultados de este año no resultan más catastróficos en el Mar Menor a pesar del fuerte impacto que la crisis sanitaria está teniendo sobre la demanda de pescado gracias al elevado incremento de las capturas registrado en primavera.
Blaya recordó que los meses de marzo, abril y mayo permitieron conseguir un volumen de pescado mucho mayor que el habitual, debido al parón de la actividad pesquera que se había producido en los meses de otoño, después de la mortandad de peces de octubre del pasado año.
La situación no es diferente en Águilas. El presidente de la cofradía explicó que los precios en la lonja de este municipio se habían mantenido durante los primeros días de esta semana, pero empezaron a bajar el miércoles y en este momento registran ya un descenso del 50%. Manuel Díaz calcula que el 90% de las especies que se pescan en la zona, entre las que destacó el salmonete y el rape, han bajado un 50%.
La falta de demanda también la están sufriendo los vendedores de los mercados de abastos y las pescaderías a las que acuden los bares y restaurantes de forma habitual para comprar el pescado y el marisco que sirven a sus clientes. Según las consultas realizadas por la gerente del mercado de Verónicas de Murcia, Gelen Martínez, las pescaderías que venden a los establecimientos calculan que han perdido entre el 50 y el 60% de sus ventas. Martínez destacó que el mercado está notando mucho la ausencia de los hosteleros, «porque muchos bares y restaurantes vienen a comprar Verónicas».
Fuente: laopiniondemurcia.es