Investigan si la rotura de un cable en la avioneta pudo causar el accidente aéreo en San Javier

El equipo de Accidentes de Aviación Civil levantó ayer los restos para averiguar las causas del accidente aéreo en San Javier.

Accidente aéreo en San Javier

¿Qué pudo pasar dentro de la avioneta en la que volaban dos experimentados pilotos, uno de ellos un reconocido mecánico de aviones, para que perdieran por completo el control y cayeran en picado hasta estrellarse contra un campo de flores secas? La respuesta a esta pregunta solo la podrían aclarar el subteniente del Ejército del Aire Adolfo Baños, con una larga trayectoria en la Academia General del Aire de Santiago de la Ribera, y el instructor civil de vuelo Hugo López, que volaban juntos en la avioneta Tecnam Sierra que compartían por puro disfrute cada vez que tenían un rato libre. Tal vez ni siquiera ellos llegaran a comprender por qué se precipitaron al vacío en unos pocos segundos en San Javier.

Accidente aéreo en San Javier Murcia

«Quién sabe, pudo ser un ave», analiza el presidente del club de vuelo Mar Menor, Pedro Conesa, piloto civil con más de 20 años de experiencia. Los ingenieros de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana llegaron ayer a levantar los restos de la avioneta para iniciar la investigación oficial del siniestro.

Un mecánico del equipo que revisaba con frecuencia la avioneta comentó, dentro de su conmoción, la posibilidad de que la causa hubiera sido la rotura del cable de acero que gobierna la aeronave desde el interior. Una vez perdido el control, los dos pilotos se desplomaron al suelo con el ultraligero en cuestión de segundos.

Conesa no desconfía del modelo Tecnam Sierra. «Confío en el avión. Si tienes buenas condiciones climatológicas, es un vuelo muy bonito, y el hombre siempre soñó con volar», afirma. El presidente del club al que pertenecían los fallecidos no ha sufrido nunca un percance en vuelo, pero reconoce que la aviación civil registra al año unos cuatro o cinco siniestros en España, aunque recuerda que «el riesgo está en el aire, en la carretera, en el mar». Rememora Conesa el incidente que sufrió la misma avioneta en 2021, cuando «el piloto tuvo que hacer un aterrizaje forzoso, pero nada grave».

Según la información del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, al piloto le fallaron los frenos cuando intentaba aterrizar el 22 de diciembre de 2021. La aeronave hizo zigzag durante varios metros y se salió de la pista, rebasó la valla perimetral y fue a parar a una finca de naranjos hasta que quedó varada. El piloto salió indemne, pero la avioneta tuvo varias averías, como la rotura de la pata de morro, las palas de la hélice y varias abolladuras en el borde de ataque del plano derecho.

Esta misma avioneta la compraron los dos pilotos, Baños y López, sin saber que sus vidas acabarían unidas a ella nada más empezar el año 2023. «Era de reciente adquisición», asegura Conesa, quien explica que los dos compañeros la utilizaban para sus vuelos privados por mero disfrute. «No sé quién pilotaba», asegura. «Podían ser los dos, uno dirigiendo y otro ocupándose de la comunicación y las aproximaciones», afirma. Sobre las garantías de seguridad de este tipo de avionetas, Conesa destaca que «las revisamos siempre antes del vuelo y pasan revisiones con frecuencia».

Un día de luto después de realizar la autopsia a los dos pilotos fallecidos en el accidente aéreo en San Javier

Un día de luto oficial decretará el Ayuntamiento de San Javier una vez que se realice la autopsia de los dos cadáveres, prevista en un principio para el próximo lunes. Después, se celebrará el funeral de los dos pilotos fallecidos, que tenían residencia en San Javier, ya que a pesar de que el subteniente Baños trabajaba en la base militar alemana, viajaba cada vez que podía al municipio costero, donde había trabajado muchos años en la Academia General del Aire.

Con su colega Hugo López, lideraba la patrulla acrobática Garra de ultraligeros, que ahora queda descabezada. «Sus compañeros están destrozados. Se suspenderá todo lo previsto porque la cabeza de la patrulla era Hugo», indicó ayer el presidente del Club de Vuelo Mar Menor, Pedro Conesa.

Lo más doloroso, a juicio del presidente del club de vuelo, es la pérdida de dos compañeros y amigos. «Hugo López era una persona excepcional, también como profesional. Era todo simpatía, amabilidad, sensatez», recuerda del instructor de vuelo, de 47 años.

«Adolfo Baños era más serio, más inquieto», describe al mecánico militar, destinado actualmente en la base de la OTAN de Geilenkirchen (Alemania), después de varias décadas de trabajo en la AGA, donde fue mecánico de la patrulla Águila. Los dos pilotos, unidos por su origen leonés y su afición a volar, se han marchado también juntos.

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Fuente: laverdad.es

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