José Ángel Antelo VOX: Mentiras y miedo para eurodiputados en el Mar Menor

A requerimiento de activistas bien organizados una delegación del Parlamento europeo ha visitado el Mar Menor. La comitiva ha querido conocer el tema de primera mano e incluso tomar muestras sobre la marcha. Lo primero que sorprende es que han querido escuchar a todos los protagonistas de la tragedia, pero no a los acusados de provocar la contaminación de las masas de agua involucradas: el acuífero cuaternario y la laguna salada.

La visita, guiada por los ecologistas, ha unido al Gobierno regional y al nacional en un relato que combina la mentira y el miedo en perjuicio de esta Región. El objetivo era culpar a los agricultores con pruebas prefabricadas, datos falsos y visiones apocalípticas. Los organizadores pretenden fortalecer la doctrina del ecosistema en peligro de extinción, un bulo propagado durante años, para desviar dinero público a proyectos basados en soluciones amigables con el terror climático que han demostrado su inutilidad.

En la visita también hemos visto a Jorge Buxadé, eurodiputado por Vox, que no se ha plegado al relato consensuado por Gobierno, oposición y ecologistas. Ha desvelado que no hay intención de cumplir el plan vertido cero, ni cualquier otra estrategia que contenga medidas eficaces. Se trata, simplemente, de eliminar la agricultura y cualquier actividad productiva en esta zona. El objetivo es que el Mar Menor y el Campo de Cartagena se conviertan en una especie de museo de la miseria, con personalidad jurídica propia, gestionado por grupos defensores de la Agenda 2030 y otros santones que ya disfrutan de la nómina regional.

¿Es posible que prevalezca todo este enredo para engañar a los eurodiputados? Lo único claro es que hay un plan para acabar con el Mar Menor y toda la prosperidad que representa. El siniestro plan tiene tres elementos clave:

1. Cortar el agua del trasvase para el campo de Cartagena.

2. Subir el caudal ecológico en el Tajo con el volumen arrebatado a esa zona regable,

y 3. Vender a los agricultores agua desalada al precio establecido por las empresas públicas culpables del fiasco de la desalación en España.

Este es el verdadero objetivo, con tres pezuñas perfectamente sincronizadas, por eso insisten en que «regar con agua del Trasvase es contaminar el Mar Menor», es decir, tenemos que tragarnos el parte del enemigo en una operación de bandera falsa.

Lo triste es que para mantener este consenso partidista no importa que sufra la verdad, ni que miles de familias se vayan al paro. No importa que la agricultura actual utilice para cada planta solo el agua y el fertilizante que necesita sin que haya nuevas infiltraciones al acuífero. Tampoco importa que sean los mandos regionales y locales los responsables de las redes de saneamiento urbano, los que provocan vertidos y filtraciones contaminantes que causan episodios de mortandad de peces y miedo a los turistas. Tampoco importa que las inundaciones arrastren al Mar Menor toneladas de excrementos de toda procedencia, por la mala conservación de las redes de drenaje y el abandono de ramblas en manos de las autoridades estatales.

Los eurodiputados han visto la descoordinación de las administraciones y su incapacidad para ejecutar los planes que aprueban. ¿Para qué han ocultado datos a los parlamentarios europeos? Para desviar los fondos de recuperación hacia sus propios intereses y a redes clientelares de la taifa. El montaje organizado para los eurodiputados delata la contumacia del modelo fracasado para la gestión del Mar Menor. Estamos ante un tinglado de organismos y asociaciones que lleva más de treinta años dando beneficios agitando un lodo pestilente que les salpica a todos por igual.

El verdadero problema político de la Región de Murcia es el Mar Menor. En este ámbito territorial y marino convergen todos los problemas que sufre nuestra patria a escala nacional. Para los agentes mundialistas ha llegado la hora de criminalizar al sector primario y al turismo en beneficio de un pacto verde y una transición ecológica que nos haga más pobres, vulnerables y dependientes de Rusia, China y las multinacionales.

Los vencedores de esta maniobra de aniquilación se han propuesto fabricar alimentos sintéticos, quieren producir un pienso compuesto que alimente a una humanidad aborregada y sometida a la agenda progresista de los nuevos tiranos.

En este ambiente enrarecido solo Vox se enfrenta a tanta arrogancia contra los trabajadores españoles.

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Fuente: laopiniondemurcia.es