Mar Menor, entre todos lo mataron
Se ha vuelto a producir. Otro episodio de anoxia en el Mar Menor con multitud de peces muertos. Si bien esta vez no ha sido muy grande, aparecieron muertos algunas decenas de kilos, si es grave, cualquier episodio de estas características en lo suficientemente grave para preocuparnos y marca la creciente degradación del pequeño mar.
Se sabía, los científicos daban por seguro que se produciría una eutrofización y anoxia en el Mar Menor, en cuanto las temperaturas empezaran a subir y nadie hizo nada. Un proyecto de inyectar oxigeno en la laguna, para revertir el proceso, que entre permisos, licencias, concursos y demás trámites burocráticos ha llegado tarde, como siempre. Y ahora empiezan las acusaciones cruzadas entre administraciones. Primero el Ayuntamiento contra el Gobierno, contra la Comunidad Autónoma no, son amiguetes , el Gobierno contra López Miras y su equipo; las asociaciones de protección del Mar Menor, solicitando la dimisión del Consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación. Culpas recíprocas y cruzadas que sólo revelan que entre todos lo mataron, pero él solo se murió.
Y no digamos con el cruce de acusaciones entre los sectores productivos afectados. Los constructores que urbanizaron salvajemente y sin control todo el litoral, culpan a la Sierra Minera y sus depósitos de metales pesados; estos a la agricultura intensiva que se viene dando desde hace años en todo el Campo de Cartagena y estos, a todos los demás.
Luego ¿A quien culpamos? ¿Quién en el verdadero responsable?
Hace más de veinticinco años, el gobierno de la Comunidad Autónoma, ante el problema que empezaba a suponer el estado del Mar Menor, dictó una Ley de Protección, en contra del criterio del Partido Popular, que no dudó en recurrirla ante el Tribunal Constitucional, capitaneados por Ramón Luís Valcárcel, por entonces Jefe de la oposición y por Federico Trillo Figueroa, murciano de pro, como letrado general del partido político.
Perdieron el recurso y el alto tribunal dio la razón al gobierno autonómico y a la propia ley. Una ley, tal vez precaria, pero que sentaba las bases para una protección de la laguna que en aquel tiempo empezaba a dar síntomas de debilidad.
La llegada a la presidencia de Valcárcel, supuso el fin de esta ley protectora y una de sus primeras medidas de gobierno fue abolirla. El Mar Menor volvía a estar si protección frente a la vorágine expansora de constructores y grandes centrales agrícolas, que conformaron sendos lobbies de poder en torno al nuevo gobierno y continua influenciado, especialmente el agricola y de ahí la necesidad de las autoridades autonómicas de exculpar a la agricultura de este desastre.
Estamos de acuerdo en que no sólo es la agricultura la causante de tanto mal. Empezaron los vertidos desde la Sierra Minera, con grandes aportaciones de material pesado a las aguas de la laguna, especialmente en la cubeta sur, continuó la masificación urbanística del litoral, vertiendo al mar residuos urbanos de toda índole y siguieron los barcos de recreo, que proliferan y no dudaban en llenar el fondo marino de residuos y de basura. Todo afecta a un ecosistema tan delicado como el Mar Menor.
Estos son argumentos suficientes para que la Comunidad Autónoma pueda mantener su campaña de exoneración de la agricultura.
Culpan también al Gobierno por no autorizar el vaciado y drenaje del acuífero cuaternario que vierte a través de la ya famosa, por trágica, rambla del Albujón y filtra los nitratos, sulfatos y otros nutrientes a las aguas de la laguna, produciendo un crecimiento desorbitado de la flora del mar, que provoca la eutrofización y la perdida de oxigeno.
Estamos de acuerdo, pero ¿Quien a llenado del acuífero de nitratos sulfatos y nutrientes agrícolas?
Mas de veinte años sin ley de protección del Mar Menor ha supuesto la autorización para los desmanes, tanto de la construcción como de la agricultura intensiva, llenando el suelo de nutrientes que se filtran al acuífero o van a a parar al Mar Menor en episodios de DANA, antes conocido como riadas y que son tan frecuentes en esta zona, por conseguir cada año una cosecha más.
Todos los factores cuentan, nadie es inocente de la catástrofe ecológica que estamos viviendo, pero aunque el sector agrícola sea le lobbie de poder que mantiene al partido político en el gobierno, que no nos tomen por tontos intentado sacar de la trágica ecuación a sus amigos.
Antonio F. Samper
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