«Para nosotros La Manga es una; no la pueden partir porque nos dejan sin servicios», expresa Aida Pérez, residente de La Manga de San Javier, que se quedaría aislada junto al resto de sus vecinos con el cierre perimetral de los municipios de la Región. El confinamiento riguroso del término municipal de San Javier partiría en dos la singular geografía del brazo de arena, dejando a quienes viven más allá del kilómetro 4,5 sin acceso a determinados servicios que frecuentan a diario. «No me permitirían ir a Correos, ni a Mercadona, ni a mi peluquería habitual, ni al club deportivo donde voy a jugar al pádel cada semana», explica Aída, ya que los residentes coinciden en que «en invierno la mayor actividad y los servicios se concentran en la zona de Cartagena».

En las últimas horas, la inquietud de los vecinos de La Manga de San Javier ha llenado el buzón de los teléfonos móviles de los concejales de ambos municipios. «Estoy en contacto con la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, porque hemos solicitado al Consejo Jurídico de la Comunidad Autónoma que se considere toda La Manga como una unidad territorial», asegura el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo. La excepción legal del cierre de municipios tendría como entidad de referencia, en lugar de un ayuntamiento, el Consorcio Turístico, que engloba las localidades de Playa Honda, Playa Paraíso, Mar Cristal, Los Belones, Mar de Cristal, Cabo de Palos y La Manga.

Si el Consejo Jurídico decide no contemplar la singularidad de La Manga para su tratamiento excepcional durante el confinamiento, Luengo asegura que «haremos lo posible por ofrecer todo el apoyo a los vecinos para que noten lo menos posible este inconveniente». Una vez más las decisiones generales pasan por alto la realidad a pie de tierra. La prueba no está solo en La Manga, sino en otras pedanías, como San Cayetano, dividida entre Torre Pacheco y San Javier. Si los vecinos tienen que cruzar cada mañana al municipio vecino para comprar el pan, puede que con el cierre estricto de los límites no puedan hacerlo.

«No es lógico», afirma Marisina Aznar, presidenta de la Asociación de Vecinos de La Manga. «Como tampoco es lógico que los de todos los barrios de Cartagena puedan en cambio venir a La Manga», argumenta la portavoz vecinal. Desde su casa, en la zona de Cartagena, no podría ir a la gasolinera que tiene a 50 metros -en territorio de San Javier-, por lo que tendría que desplazarse 5 kilómetros a la de Cartagena.

No tendrán problemas sin embargo para desplazarse al colegio de Primaria y al instituto, que se encuentran en la franja de Cartagena, o a la guardería, en San Javier. Tampoco para ir al centro de salud de San Javier, que cubre La Manga y Cabo de Palos. «Los más perjudicados son los de San Javier, porque se quedan encerrados en una zona donde los servicios bajan mucho en invierno», afirma Aznar.

Fuente: laverdad.es