La iniciativa llevada a cabo por Greenpeace en La Manga alerta sobre el aumento de las temperaturas, especialmente en los océanos, que acumulan gran parte del calor.

Más de una veintena de activistas de Greenpeace, que están navegando por el mar Mediterráneo para alertar sobre el calentamiento global, instalaron este miércoles una enorme sartén flotante con un planeta en forma de huevo frito frente a las costas de La Manga del Mar Menor y una pancarta anexa donde se lee «Planeta frito».

En un comunicado, fuentes de la organización ecologista señalaron que la sartén, de 12 metros de diámetro, 113 metros cuadrados de superficie, 8 metros de mango y más de 500 kilos de peso, tiene en su interior un huevo frito en cuya yema puede verse un mapa del mundo con el que se simboliza que el cambio climático «dejará un planeta frito si no se toman medidas urgentes».

Debido al cambio climático, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles, el planeta se está calentando más de lo que lo había hecho desde que existe la civilización humana, y los océanos acumulan la mayor parte de ese calor, lo que provoca borrascas y huracanes cada vez más intensos, fenómenos de «gota fría» y la subida del nivel del mar.

Con esta imagen, la organización quiere demandar a los gobiernos europeos que reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono hasta un balance neto «cero» en el año 2040 para así evitar que las temperaturas globales aumenten por encima de 1,5 grados centígrados, tal y como se comprometieron en el Acuerdo de París, y evitar así los peores impactos del cambio climático.

«Hay que actuar antes de que el océano y el resto del planeta se convierta en una sartén hirviente que haga imposible la vida», declaró Tatiana Nuño, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace, quien añadió que el objetivo propuesto por el actual Gobierno central para reducir las emisiones en España es «insuficiente».

Greenpeace considera que estamos en una situación de emergencia climática, a la que hay que responder no con declaraciones sino con objetivos y medidas políticas contundentes y efectivas. El barco de Greenpeace, Rainbow Warrior, está recorriendo las costas europeas en su campaña «En marcha por el clima». Tras visitar el litoral de Rumanía, Bulgaria, Grecia e Italia, el barco visita España durante un mes, recalando en los puertos de Barcelona, Málaga y Vigo.

Fuente: laverdad.es