Un vistazo dentro del Mar Menor sin mojarse

Las actividades paralelas al festival de música urbana FAN FUTURA XS 2021 tuvieron continuidad en la jornada de este viernes y se mantendrán activas hasta este sábado. Juegos destinados a menores y adultos que quieren concienciar sobre la sostenibilidad y el uso, para ello, de la tecnología, dentro de un enclave único: el paseo Colón, junto al Mar Menor, en Santiago de la Ribera.

Gracias a la colaboración entre la Dirección General del Mar Menor, la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y el Cartagena Oceanographic Research Institute (CORI), los visitantes pudieron disfrutar de un taller gratuito sobre robótica submarina, que también se puede realizar este sábado de 11.00 a 14.00 horas.

A orillas del Mar Menor y en una de las pasarelas privadas del Club de Regatas, Francisco López Castejón, investigador de la UPCT y co-fundador de CORI, sumerge un robot -que se impulsa con ayuda de hélices- en las aguas de la laguna. Un mando de PlayStation sirve para dirigir el aparato, que capta imágenes en directo de las entrañas del mar. El mecanismo es sencillo, aunque hay que tener cierta maña para conducir el dispositivo. «El robot y el mando de la Play sirven de nexo para llamar la atención de los jóvenes», declara el científico.

Niños y adultos pueden coger las riendas y averiguar qué esconde el singular paisaje. «La intención es acercar el fondo marino a la población y, también, mostrar cómo la robótica es necesaria para explorar los océanos», explica López.

Mientras, por la pantalla se aprecian masas de ‘caulerpa prolifera’, una especie de alga invasora que entró en el Mar Menor con la apertura del canal del Estacio: «Es una especie que cuando muere genera mucha materia orgánica, causando problemas a la laguna», ilustra el investigador mientras vigila que el robot cumple su cometido.

Con la ayuda de un mando de videoconsola los participantes pueden conducir el dispositivo bajo el agua

El lugar cedido por el Club de Regatas de Santiago de la Ribera resulta idóneo, ya que sus «instalaciones permiten montar el equipo necesario», como el ordenador desde el que se observan las imágenes.

No obstante, indica López, existen dificultades al trabajar con un robot de este tipo. La primera es que se «necesita tener al menos un metro y medio de agua» para poder sumergir el aparato, y la segunda, que es el cable el que marca la distancia hasta la que puede llegar.

En medio de tal paisaje, López reflexiona sobre el interés que puede despertar el océano, e incluso, lo compara con el espacio: «Hasta hace poco solo se podían lanzar robots que se sumergían hasta 400 metros de profundidad. Ahora, un millonario ruso está bajando más», comparte. La tecnología permite seguir descubriendo los más de 11.000 metros de profundidad que existen en algunos puntos del planeta. Un territorio a proteger y explorar.

Fuente: laverdad.es