El Ayuntamiento de Los Alcázares, la Academia General del Aire (AGA) y el Ministerio de Defensa mantuvieron el mes pasado su primera reunión de coordinación en la que se abordó, entre otros asuntos, la cesión para el uso de instalaciones de la base militar, así como la colocación de un avión C-101 en una rotonda del municipio.

Asimismo, el Consistorio consiguió esta semana un acuerdo con el Ministerio de Defensa para la reconstrucción del perímetro vallado del acuartelamiento militar de la localidad, la Base Aérea. El municipio costero fue uno de los que más padeció la anterior DANA, que anegó sus calles. En pleno diluvio, los muros del cuartel de la Base Aérea, cuyas instalaciones están en desuso desde hace 15 años, actuaron de tapón que evitó que las aguas desembocaran en el Mar Menor causando estragos entre las viviendas colindantes. El alcalde, Mario Cervera, en una decisión de emergencia, ordenó derribar el muro. Desde entonces la base militar ha permanecido abierta y sin vallar.

El plan inicial era construir una canalización de desagüe y un muro de la misma altura que el anterior. Ante esto, relata el alcalde, «los vecinos habían mostrado su preocupación por que se volviera a contruir una valla similar a la anterior», a lo que añade que «el Ayuntamiento tampoco estaba conforme con ese proyecto». En este sentido, Cervera envió una carta al coronel de la Academia, Manuel de la Chica, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles, trasladando las preocupaciones vecinales y del Consistorio. Finalmente una llamada telefónica entre Cervera y Robles acabó por sustituir el anterior proyecto por uno que contemplara más medidas de contingencia contra nuevos episodios de gota fría.

Un canal y dos compuertas
El proyecto recoge un canal de desagüe frente al nuevo muro y dentro del perímetro de la base, que estará unido al canal ya existente junto al parque de Bomberos. Este se extenderá por la avenida de la Libertad y la Calle de la Base hasta alcanzar el mar para facilitar un evacuación más rápida de las aguas pluviales.

Además, «la base de hormigón de la valla, que antes alcanzaba los 1,1 metros quedará reducida a tan solo una orquilla entre los 40 y los 60 centímetros», se congratula el alcalde. En la misma línea, en caso de que el canal no soportará una gran avenida de agua, «se abrirán dos compuertas que la desviarán a hacia un llano inundable situado al sur del cuartel, donde únicamente se encuentran unas pistas deportivas abandonadas», asegura el primer edil. Las obras acabarán a principios de septiembre, o eso se prevé.

Cervera considera que las obras que se están emprendiendo son «las adecuadas» aunque «hubiera preferido sumar también a la obra una puerta frontal adicional» que, junto a las dos compuertas proyectadas, sirviera como último recurso ante una gran inundación. Aun así, se muestra crítico con la gestión de aguas por parte de la CHS y exige más colaboración entre el organismo de cuenca con el Gobierno regional y el Ministerio para la Transición Ecológica puesto que, dice, «es preciso recuperar el curso natural de las ramblas que han sido modificadas y renaturalizarlas».

Aun así, desde el Ayuntamiento agradecen la colaboración y la atención recibida desde el Ministerio y la buena predisposición de las autoridades militares.

Fuente: laopiniondemurcia.es