La empresa Los Cheriff de Cartagena, primera afectada por las exigencias de Aldi contra la contaminación del Mar Menor
El empresario recibió una confirmación verbal de que el contrato por el que debía suministrar diez millones de piezas de lechugas baby quedaba suspendido.
La cadena de supermercados alemana Aldi pidió hace algo más de una semana explicaciones a sus proveedores en el Campo de Cartagena tras un reportaje de la cadena Westdeutscher Rundfunk sobre la contaminación del Mar Menor. Pero no ha sido hasta días después cuando un empresario ha sufrido las consecuencias. La empresa Los Cheriff, de Félix Guillén Roldán, ha perdido un contrato con un cliente alemán que suministra a los supermercados de Aldi.
Después de que Aldi se negara a comercializar productos de empresas investigadas por la contaminación de esta laguna de agua salada, la empresa de Félix Guillén recibió una confirmación verbal de que el contrato por el que debía suministrar diez millones de piezas de lechugas baby a un cliente alemán quedaba suspendido.
La empresa tenía ya 80 hectáreas de lechugas plantadas y tenía que haber empezado a cortar poco después de recibir la notificación de la suspensión del contrato.
El ‘caso Topillo’
La empresa Los Cheriff es una de las investigadas en el conocido como ‘caso Topillo’, que trata de esclarecer si decenas de compañías extrajeron agua contaminada por nitratos de los acuíferos de Cartagena y la usaron en desalobradoras ilegales. Este tratamiento genera unos residuos, llamados salmueras, que supuestamente se habrían desechado a través de los propios acuíferos, por la rambla del Albujón, que desemboca en el Mar Menor.
La investigación comenzó en 2017. En 2018, la Guardia Civil precintó en el marco de la investigación 38 desalobradoras y 35 pozos que funcionaban sin autorización. Ahora, tres años después, el caso sigue en fase de instrucción y no hay sentencia firme.
Eso es precisamente lo que recuerda la empresa Los Cheriff al ser preguntada por el rechazo de Aldi a comercializar sus productos. Preguntado por THE OBJECTIVE, el empresario no ha querido hacer declaraciones sobre las consecuencias del ‘caso Aldi’ para su empresa y afirma que no hablará más de este tema mientras no haya una sentencia. Insiste, además, en que ni la suya ni otras empresas han sido condenadas, solo están siendo investigadas por el momento.
Por su parte, Aldi señala que ha sido informada «de prácticas medioambientales en la provincia de Murcia por parte de productores locales relacionadas con el uso del agua y los vertidos al Mar Menor sin tratamiento previo, lo que provoca la muerte de la fauna marina», así como de que «la Fiscalía ha abierto una investigación sobre 80 productores de frutas y verduras de la región», aunque no hace referencia a ninguna en concreto.
«El respeto al medioambiente y los recursos naturales forma parte de nuestra responsabilidad y compromiso con la sociedad y el entorno y estas conductas no son compatibles con nuestros principios de sostenibilidad ambiental», argumenta la compañía alemana. Por este motivo, afirman, han iniciado «un proceso de seguimiento con nuestros proveedores en la región para conocer si existe implicación en ese tipo de conducta», algo que les ha hecho ganarse el respeto de las plataformas que luchan por la salud del Mar Menor.
Los agricultores se defienden: «Necesitamos que se deje de criminalizar al sector agrario»
Los agricultores del Campo de Cartagena están cansados de la criminalización del sector, denuncia José Miguel Marín, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Murcia (COAG). Aunque la organización no cuenta con ninguno de sus miembros afectados por el ‘caso Aldi’, porque aseguran que todos cumplen con la legislación, Marín reconoce que «el miedo siempre está, porque corres el riesgo de que la demagogia siga creciendo y todos esos mantras se sigan replicando».
Desde la COAG defienden que «el sector agrario históricamente ha cumplido con la legislación», pero reconocen que quizá esta no ha sido suficiente para evitar el problema de contaminación que ha llevado a la situación actual en el Mar Menor. «Seguramente a lo largo del tiempo las distintas legislaciones, por absoluto desconocimiento o por lo que haya sido, no hayan tenido el alcance que deberían haber tenido», dice Marín, a pesar de que, afirma, «no hay ninguna región en Europa que haya sufrido tantos cambios restrictivos como el Campo de Cartagena».
El presidente de la COAG reconoce que la agricultura ha participado en la contaminación del Mar Menor, pero afirma que no lo hace en la actualidad. «No sé qué responsabilidad tendremos de esos 30 años, pero ya te digo que en los últimos 10 no la tenemos, la agricultura de precisión que se desarrolla hoy en el campo de Cartagena no está contaminando el acuífero».
Afirma además que la agricultura puede haber contribuido a llegar a la situación actual, pero no ha sido el único sector: «Durante los 30 últimos años la agricultura ha dejado su huella en el acuífero, claro que sí, pero también ha dejado huella la agricultura, el urbanismo, la actividad industrial, la actividad deportiva, etc. Toda actividad humana tiene una huella sobre el medio, eso es innegable».
Marín asegura que los agricultores están dispuestos a aportar soluciones para que lo ocurrido en el Mar Menor se revierta e insiste en que «hay que parar las causas que conocemos». Y para mejorar la imagen del sector, también tiene claro qué deben hacer: «Cuando se pide información, yo creo que hay que dársela, ofrecer la máxima transparencia, la máxima colaboración e intentar clarificar las cosas». «Lo que hay que hacer es seguir insistiendo en que toda nuestra gente siga haciendo las cosas bien y que los que lo hagan mal se detecte y los quiten del sistema», concluye.
Fuente: theobjective.com