Los ayuntamientos de Cartagena y San Javier procedieron ayer al cierre de playas en La Manga debido a la aparición de atunes muertos por el temporal. Muchos de estos ejemplares se localizaron en el tramo comprendido entre los kilómetros 5 y 16 de la franja marítima. Los túnidos proceden de una granja de engorde de la empresa Fuentes que sufrió importantes daños durante el último episodio de gota fría que ha azotado al Sureste.

La compañía procedía ayer, con ayuda de tractores, a la retirada de todos los ejemplares que arriban a la costa, la mayoría de ellos en avanzado estado de descomposición. En las labores de limpieza están colaborando brigadas del Ayuntamiento de San Javier. El alcalde de esa localidad, José Miguel Luengo, indicó a ‘La Verdad’ que se trata de «cientos de ejemplares», la mayoría de ellos de unos 200 kilos de peso. Una empresa especializada en grasas se encarga de gestionar estos residuos, que requieren de un tratamiento especial para su eliminación.

El vivero de atún rojo situado en el Mediterráneo, frente a las costas de San Pedro del Pinatar, sufrió importantes daños por las lluvias y perdió un gran número de ejemplares. La empresa está localizándolos y retirándolos conforme llegan a la costa. Ya se ha informado tanto a Capitanía Marítima como a Protección Civil. Un primera evaluación cifra las pérdidas en 30 millones, tanto por los desperfectos en las instalaciones como por los atunes.

Salud advierte de que los ejemplares no son aptos para el consumo debido a que pueden estar contaminados

Ante el riesgo que supone el consumo de estos peces hallados en algunas playas, la Consejería de Salud advierte de que no se deben introducir en la cadena alimentaria. Estos peces no son aptos para consumo, ya que con toda probabilidad presentan altos niveles de histamina y también pueden contener otros contaminantes, dado que pueden llevar hasta tres días muertos en el mar.

La Consejería señala que las personas que encuentren estos u otros peces muertos deben avisar a las autoridades para que procedan a su adecuada retirada, y evitar otros posibles problemas de salud pública. Algunos vecinos denuncian que los malos olores del pescado en descomposición llegan hasta sus casas, así como la gran acumulación de basuras en la zona.

Fuente: Laverdad.es