Según los colectivos ecologistas, el Plan apuesta además por “actuaciones de ingeniería que se vienen desarrollando en el Mar Menor desde los años 70” y que “en el propio texto se describen como problemáticas”, informaron fuentes de ambas organizaciones en un comunicado.
A su juicio, el plan presenta un diagnóstico “acertado” de los problemas a los que se enfrenta la franja litoral del Mar Menor, al reconocer que la carga actual de usos e infraestructuras “supone una grave presión para el entorno natural, con efectos negativos en la dinámica lagunar y sedimentaria e incremento de la contaminación, entre otros”.
A pesar de identificar más de 2.300 embarcaciones fondeadas, diez puertos deportivos, una de las mayores densidades de puertos deportivos de toda la costa mediterránea, once pantalanes, 24 canales de navegación y 56 fondeaderos, “no presenta ninguna medida para sustituir, modificar o adecuar ambientalmente estas infraestructuras y tampoco apuesta por prohibir cualquier nueva infraestructura de este tipo”.
“El Plan se limita a plantear 77 zonas de actuación que única y exclusivamente se refieren a la construcción de nuevas infraestructuras rígidas (diques, espigones y paseos marítimos) y dragados y movimientos de arenas”, han remarcado.
Para SEO/BirdLife y Ecologistas en Acción, ambas actuaciones presentan “costes desproporcionados, dada su nula efectividad”, así como “efectos negativos para el valor ambiental del litoral”.
Por ello, pese a incluir un apartado descriptivo “acertado” que pone el foco en la ocupación del espacio por infraestructuras de todo tipo y sus afecciones a los valores ambientales, este plan “se limita a ofrecer actuaciones ambientalmente impactantes”.
Las más “preocupantes” para ambas organizaciones son las obras de ingeniería hidráulica, pues “se trata de medidas ya aplicadas en el pasado y que no solo no han resuelto los problemas, sino que en muchos casos los han agravado”.
Así, “se incluyen al menos incluyen 25 obras de ingeniería, de las cuales diez son refuerzos y ampliaciones de diques, espigones, paseos marítimos, etcétera, y otras 15 son nuevas construcciones, como diques y espigones”.
También les preocupan los movimientos de sedimentos, pues se proponen al menos 35 casos de trasvases, dragados, aportes o reposiciones de sedimentos, arenas y fangos “sin ningún criterio de sostenibilidad en el tiempo”, cuando “en ningún caso estas actuaciones son definitivas y exigirán actuaciones permanentes, con elevados costes económicos y ambientales”.
Además, según SEO/BirdLife y Ecologistas en Acción, “no se conocen casos en los que hayan solucionado problemas de dinámica sedimentaria sin actuar en origen y sin causar afecciones ambientales”.
Por otra parte, para los colectivos ecologistas, el Plan debería incluir objetivos de cómo contribuir a reducir la contaminación difusa agraria a través de la recuperación de superficies de humedal natural o mejorar el valor naturalístico y paisajístico del entorno del Mar Menor, la recuperación y conservación de los hábitats y la conectividad de los espacios naturales.
“Pese a que constata que dos tercios de las playas muestran ocupaciones del Dominio Público Marítimo-Terrestre (DMPT), no prioriza la recuperación del Dominio Público Marítimo Terrestre, ni aclara su futuro en el caso de que se recupere”, han lamentado.
En este sentido, han considerado que deberían explicarse y exponerse las soluciones para el Dominio Público ocupado, proponer un plan de restauración a su estado natural, incluyendo la ampliación de humedales y hábitats naturales, y explicar los objetivos en cada uno de ellos.
También han defendido la necesidad de priorizar la resolución de la ocupación del dominio público en base a criterios de recuperación ambiental, corredores naturales, infraestructuras verdes y mejora paisajística.
“Esto permitiría interceptar los nutrientes que pudieran alcanzar la laguna”, han apuntado, tras insistir en que “las grandes avenidas arrastran grandes cantidades de nutrientes acumulados en la cuenca, constituyendo una de las principales entradas a la laguna y que justamente dicha entrada no puede ser gestionada ni reducida con obras de ingeniería civil, siendo los humedales el único mecanismo capaz de retener y eliminar los nutrientes transportados por las lluvias intensas y avenidas”.
Por último, las organizaciones han criticado que “tampoco se presenta una evaluación de la efectividad de las propuestas”, lo que “hace imposible valorar las alternativas seleccionadas desde el enfoque puramente económico”.
“No se entiende por qué el MITECO propone en este Plan del Borde Litoral del Mar Menor mitigar los impactos que provocan las infraestructuras existentes, principalmente puertos deportivos, a base de más artificialización, más impacto ambiental y más obra pública y despilfarro de fondos públicos”, han agregado.
Asimismo, han declarado que las soluciones propuestas plantean serias dudas de que el plan sea ambientalmente eficaz, económicamente eficiente y socialmente equitativo, en tanto “no se aclara cuál será la distribución de costes públicos/privados, cuando hay importantes intereses privados a lo largo del frente litoral, como son los puertos deportivos”.
Por todo ello, ambas organizaciones han demandado al Ministerio “un cambio de rumbo” que priorice la recuperación efectiva del DPMT, las soluciones basadas en la naturaleza y las infraestructuras verdes, incluyendo la recuperación de humedales y hábitats naturales y la reducción y adecuación ambiental de todas las infraestructuras, para que respeten la hidrodinámica litoral y la funcionalidad del ecosistema.
Fuente: laopiniondemurcia.es