Además, la confederación propone reducir sustancialmente el uso de la fertilización artificial en gran parte del Campo de Cartagena, que circunvala el perímetro citado.
El documento se conoce después de que organizaciones ecologistas como ASNE y WWF denunciasen a principios del mes pasado la incapacidad del paraje de regenerarse y mejorar su nivel de concentración de macroalgas y fitoplancton en distintas áreas de la laguna. Expertos como el decano del Colegio de Biólogos, Ginés Luengo, o Julia Martínez, directora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, señalaban el pasado 11 de junio en la Asamblea regional la sobreexplotación agrícola como una de las causas principales de la crisis ecológica del Mar Menor.
Para tratar de mitigar este efecto contaminante y recuperar los equilibrios químicos, los técnicos de la CHS han elaborado análisis por zonas del Mar Menor para detectar los espacios con mayor riesgo de no lograr niveles de calidad medioambiental. La zona 0 es la que comprende el perímetro de la laguna con un radio de 800 metros hasta el interior. Aquí, solamente se permitirían de forma excepcional algunos abonos para cultivos leñosos y los invernaderos que quieran mantenerse deberán aplicar técnicas de vertido cero a través de sistemas de cultivo hidropónico (sin suelo).
El interior del entorno terrestre considerado vulnerable de esta zona de Murcia se ha dividido en dos zonas. La 1A, que vierte sobre el Mediterráneo, y la 1B, cuyas aguas subterráneas drenan sobre el Mar Menor. Este espacio, mucho más amplio que la zona 0 (aunque el documento no especifica superficies de cultivo), vería restringidos los abonos en cultivos de regadío por goteo a un máximo de una vez a la semana, con niveles controlados de nitrógeno en las aplicaciones y fuera de periodos lluviosos. Para efectuar la labor de control y vigilancia, la CHJ propone crear entidades colaboradoras de la Administración agraria (ECAA), que tendrían esa misión evaluadora.
La degradación del Mar Menor no solamente impacta desde el punto de vista ecológico, sino que tiene efectos sobre otro de los sectores generadores de riqueza en esta zona de Murcia, el turismo. Esta actividad sufre también con síntomas de saturación y efectos contaminantes, al tiempo que se ve hipotecada por la imagen de destino poco respetuoso con el medio ambiente y con playas condicionadas por los episodios de turbidez y falta de oxígeno de las aguas.
Ni el Gobierno regional de Murcia, que preside Fernando López Miras, ni el Ministerio de Transición Ecológica han culminado hasta la fecha los planes para alcanzar una política de equilibrio entre la salvaguarda y recuperación completa del ecosistema compatible con la actividad económica. El Ejecutivo autonómico aprobó en diciembre a través de un decreto-ley el Plan de Protección Integral del Mar Menor, que prohíbe, entre otras cosas, los vertidos directos y el uso de fertilizantes en un radio de la línea de costa de 500 metros (300 metros menos que la propuesta de la CHS).
Por su parte, el departamento de Teresa Ribera sometió el pasado 25 de junio a exposición pública el llamado Plan para la Protección del Borde Litoral del Mar Menor. Este documento, de casi 400 páginas, identifica las presiones existentes en el borde de la laguna, así como en el tramo de costa comprendido entre el puerto de Pilar de la Horadada y cabo de Palos. También recoge el conjunto de medidas necesarias para la recuperación, protección, restauración y correcta gestión del litoral. Entre estas medidas, se incluye la de recuperar terrenos para el dominio público terrestre ahora ocupados por edificaciones, tal como anticipó El Confidencial.
Fuente: elconfidencial.com