Rescates, desprendimientos, calles anegadas, árboles caídos y carreteras cortadas son algunas de las consecuencias del temporal de lluvia y viento que, desde la noche del viernes, se ha venido cebando con la Región. Las nubes comenzaron entonces a descargar con fuerza y no pararon hasta ayer por la tarde. En el plazo de 48 horas se registraron, según la Aemet, 107 litros por metro cuadrados en Murcia; 103 en la Rambla de Benipila (Cartagena); 84 en Alhama de Murcia y 102 en Mula. Se trata del temporal más intenso en la Región en abril en los últimos 50 años, junto al de 2004, por una gota fría llegada a destiempo, según informó ayer el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

El Centro de Coordinación de Emergencias recibió 499 llamadas para alertar de un total de 481 incidencias relacionadas con la tormenta. En Murcia, las lluvias dejaron varios incidentes, como el derrumbe de parte del techo de una casa antigua en Torreagüera, provocando heridas de levedad a la mujer que allí residía y a su dos hijos, que no precisaron traslado al centro sanitario. Además, una conductora tuvo que ser rescatada por los bomberos en el túnel de Beniaján, tras quedarse atrapada por el agua al no respetar el corte de tráfico de ese vial. También los bomberos tuvieron que retirar un árbol caído sobre un coche en la misma pedanía, y rescataron en Sangonera al ocupante de un coche que se quedó atrapado.

La rambla de Espinardo tuvo que ser cortada al tráfico por la cantidad de agua que acumuló, al igual que otras calles perpendiculares a Juan de Borbón, Reino de Murcia y Juan Carlos I, que quedaron anegadas por una lluvia que cayó de forma continuada en la capital desde la madrugada del sábado hasta la tarde de ayer. Además, en el campo de golf de Corvera se vinieron abajo varios árboles por el viento.

Pero la tormenta no dejó a salvo ningún punto de la Región. En Cartagena, los más de 100 litros caídos durante la noche del viernes y ayer causaron cortes de carreteras, inundaciones de bajos y el rescate de una autocaravana en la rambla de La Azohía, en cuyo interior se encontraba una pareja, según informó la Policía Local, el Servicio de Extinción de Incendios y Protección Civil. Fuentes de estos cuerpos relataron que «los bomberos han tenido que rescatar, sobre las 6.45 horas del sábado, a un matrimonio que se encontraba en una caravana estacionada en el cauce de la rambla de La Azohía. El agua la había desplazado», poniéndolos en peligro. Además, se produjo un accidente de tráfico por la caída de una rama en Santa Ana y los sótanos del estadio Cartagonova quedaron inundados tras la tromba de agua. Por último, los vecinos de la Sierra Minera denunciaron el arrastre de metales pesados al Llano del Beal y Mar Menor. Y una casa se vino abajo en el Barrio Peral.

En Lorca, el fuerte viento ocasionó múltiples incidentes en el casco urbano por la caída de ramas y varios árboles en distintos puntos de la ciudad. El vendaval tumbó troncos en la avenida de Fuerzas Armadas, las Alamedas, el barrio de San Diego y el de La Viña, según fuentes municipales, que aseguraron que, por suerte, no hubo que lamentar daños personales. Además, la Policía Local, personal del Servicio Municipal de Emergencias y técnicos de Parques y Jardines trabajaron de forma continuada durante primeras horas de la mañana para retirar los árboles de las aceras, despejar la vía pública y sanear las ramas que presentaban peligro de desprendimiento.

En Molina de Segura, donde cayeron 117 litros, un coche y una furgoneta quedaron atrapados en la rambla de Cañada Morcillo, cerca de la Ciudad del Transporte de la localidad. «Se trata de un punto negro que siempre se desborda cuando llueve», informaron fuentes municipales. Las carreteras de Huerta Abajo y Huerta Arriba estaban intransitables, pues se convirtieron en auténticos ríos debido a que las acequias Mayor y Subirana, no podían recoger toda el agua que llegaba ayer de las ramblas.

El viento en Yecla derribó numerosos árboles en varias partes del término municipal. Una de las zonas más afectadas fue la Alameda. En uno de los parques se vinieron abajo varios árboles, que no resistieron la fuerza del viento. De hecho, uno de ellos se precipitó sobre el lateral de una vivienda. El viento superó los 80 kilómetros por hora.

En el casco urbano, la Policía Local de Yecla y los bomberos tuvieron que realizar media docena de intervenciones por desprendimientos de fachadas. Desde la Concejalía de Seguridad, confirmaron que hubo incidencias por caídas de señales de tráfico, cables de telefonía desprendidos y obstáculos en la vía. No hubo que lamentar daños personales. Según Meteoyecla, la lluvia acumulada en estos dos últimos días sumó más de 140 litros por metro cuadrado.

Fuente: laverdad.es