Por cada 4.263 habitantes hay una casa de apuestas en la Región, lo que supone la tasa más alta del país. El Gobierno de la Región de Murcia ha considerado los casinos y las casas de apuestas como espacios seguros frente al virus. El Comité de Seguimiento de la COVID-19 no decretó el cierre de los locales de juego, a pesar de que estimó oportuna el pasado lunes la clausura de la hostelería y el miércoles la prohibición definitiva de las reuniones entre personas no convivientes. La comunidad ya cuenta con 36 municipios en riesgo extremo de contagio y ha superado el umbral de los 2.000 positivos al día. En lo que respecta a dichos locales, por cada 4.263 habitantes hay una casa de apuestas en la Región, lo que supone la tasa más alta del país. Todas ellas se mantienen de momento abiertas, y Jaime Pérez, portavoz del Comité de Seguimiento de la COVID-19, sostuvo la razón de la decisión en la rueda de prensa del martes: “Los salones de juego entran en una categoría, como tantos otros lugares, en los que hay que llevar mascarilla durante todo el tiempo. Allí no se puede uno retirar la mascarilla, al igual que ocurre en el comercio o en el cine. El riesgo está en quitárnosla e interaccionar, no en hacer una actividad u otra”.
Pero esto no es lo que sucede en el interior de una casa de apuestas perteneciente al grupo Orenes, situada en el barrio cartagenero de Los Barreros. El local tiene el aire de abandono de los comercios del barrio que están cerrados desde hace años, pero, al pasar justo por delante, la puerta automática se abre. El local es oscuro y ruidoso. Hay tres hombres de caras pálidas y mal afeitadas, dos de ellos con la mascarilla bajada hasta la barbilla, sentados muy juntos en la estrechura de sus asientos, de frente contra las tragaperras, conversando sobre el juego y al mismo tiempo centrados en el tintineo de las máquinas.
De cerca hablan muy bajo. Miran de soslayo a los demás, a los extraños, con resignación, en este espacio sin ventanas, y en el que se percibe un leve aroma a tabaco. De repente, un anciano que se apoya en una muleta al caminar entra con dificultad por la puerta y exclama: “Si mi hija se entera de que llevo jugando toda la tarde, me mata”.
Los horarios de cierre, solapados con el toque de queda
El establecimiento abre a las diez de la mañana y cierra a las diez de la noche. El buque insignia del sector, el casino Odiseo, situado a las afueras de la capital murciana, abre a las nueve y también cierra a las diez. Ambos horarios se solapan con el toque de queda.
La voz de Francisco Pizzcueta está nutrida de toda la fuerza de la experiencia y de la reivindicación contra las apuestas. Es el presidente de la Asociación Murciana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Asmujer), y confiesa en declaraciones a este medio que la situación “es un verdadero atropello”. “Este tipo de locales suponen para el gobierno unos ingresos brutales. Me parece deleznable, además, porque allí no existe ningún tipo de control sanitario. La gente va sin mascarilla, y cuando por las noches tienen que cerrar, bajan la persiana y se quedan algunos jugando. Los propietarios de salones de juego parece que tienen permiso para hacer lo que les venga en gana, y no hay policía que pueda vigilar los más de 340 locales en toda la Región”. Para él, y lo expresa de forma tajante, la razón de que todavía no se hayan cerrado pese a la situación sanitaria es “puramente económica porque el juego mueve una cantidad de millones descomunal”.
Según el grupo murciano Orenes está “por un lado la hostelería y, por otro, la actividad de juego que se asemeja a la de cualquier otro comercio porque en ella es obligatorio el uso de la mascarilla, la ventilación y la desinfección constante de las zonas. Por eso, técnicamente, y en ninguna otra región excepto en Cataluña, están cerrados los salones de juego”. También consideran “un caso aislado” el hecho de que en uno de sus locales hubiera clientes sin mascarilla, “lo vamos a investigar”, añaden.
Críticas de Ciudadanos, socio de gobierno
Tampoco desde el sector político se han hecho esperar las críticas al Gobierno por no cerrarlos. Ni siquiera desde el interior del Ejecutivo: la consejera de Empresa, portavoz del gobierno y coordinadora autonómica de Ciudadanos, Ana Martínez Vidal, consideró el pasado martes una incongruencia que se permita la apertura de los salones de juego, y lamentó que “no se están tratando a todos los sectores por igual al tomar medidas que discriminan entre hostelería y salas de juego”.
También desde Podemos llegó la reprobación. A través de la cuenta de Twitter de su grupo parlamentario pidieron la comparecencia del presidente Fernando López Miras para explicar los fundamentos de la medida polémica y diferenciadora: “No tiene sentido cerrar la hostelería por un lado y permitir, en cambio, que las casas de apuestas puedan seguir abriendo”, adujo la formación morada. Sumado a la causa, el ayuntamiento de Lorca solicitó el pasado jueves la “clausura temporal” de los establecimientos de apuestas, atendiendo a criterios de seguridad sanitaria. El alcalde del municipio, el socialista Diego José Mateos, consideró que los salones “pueden suponer un riesgo sanitario” y pidió para ello “el mismo tratamiento, por coherencia, que los locales de hostelería”.
Quedar con tu madre en una casa de apuestas
Los reproches inundan las redes sociales, donde mucha gente está criticando al Gobierno por la protección de los locales de juego. Sobre todo a partir del jueves pasado, cuando entró en vigor en l Región la prohibición de reunirse con personas no convivientes ni en el interior ni exterior. Empezarón a compartirse tuits que decían que no podías ver a tu madre en su casa, pero sí quedar con ella en una casa de apuestas.
En su defensa, la Federación Murciana del Recreativo justificó en una nota de prensa publicada el pasado miércoles la seguridad de sus establecimientos, aseverando que “los datos oficiales indican que los principales focos de contagio no se producen en estos espacios ya que están muy controlados”.
Existen algunas vinculaciones entre el grupo Orenes y el PP de la Región de Murcia: por un lado, el exdiputado popular por Murcia Andrés Ayala poseyó durante un tiempo un salón de juegos en Cartagena y actualmente tiene una participación en una sociedad de la familia Zamora, de Licor 43, a su vez, ligado a Orenes; mientras que David Conesa, exasesor político de expresidente murciano Pedro Antonio Sánchez y luego de Fernando López Miras, es el responsable de comunicación externa del grupo Orenes desde noviembre de 2018.
Fuente: eldiario.es