Los ánimos no están para muchas ferias entre los empresarios de las atracciones que se instalan en la explanada de Lo Pagán. Ayer desplegaron una pancarta reivindicativa en la puerta del Consistorio para reclamar más apoyo porque, según afirman, «la feria de Lo Pagán está en el aire». Si el Ayuntamiento no acepta cambiar las condiciones de licitación de las parcelas, anuncian que «iremos al juez». Se quejan de que tienen que pagar precios desorbitados por instalarse en la localidad costera, ya que, si bien la normativa de Costas impone el sistema de subasta, los altos precios de salida de la puja les obligan a ofertar cifras abultadas que ponen en riesgo la rentabilidad de un negocio sujeto a los vaivenes del turismo y de la crisis ambiental del Mar Menor, que les hacen pensar en «un mal verano». Aseguran que antes pagaban por metro cuadrado ocupado, mientras que ahora lo hacen por parcela.
«Llevamos cuatro años con los precios por las nubes, precisamente cuando el negocio baja cada año», se queja Antonio Melgar, un feriante que desembolsa cada año alrededor de 15.000 euros por instalar sus atracciones solo durante el verano. «Hay parcelas que antes pagaba a 700 euros de precio de salida y ahora están a 2.700 euros», afirma el empresario.
Otro de los feriantes que nota en su bolsillo el incremento es Francisco Javier Fernández, presidente de la Asociación Regional de Feriantes. «En 2013 pagaba 809 euros y hoy tiene un precio de salida de 2.519 euros», señala el portavoz. Los dueños de las atracciones aseguran que les está haciendo daño «la competencia que ha abierto este sistema entre nosotros, ya que hace unos años quitaron parcelas y, al no haber para todos y con la posibilidad de que puje alguien de fuera, nos obliga a ofrecer cifras muy altas». De un precio de salida de 2.000 euros, un feriante puede llegar a pujar con 9.000 euros.
Por el lote total de la feria, las arcas municipales lanzan unos precios de salida que les garantiza 130.000 euros pero con la puja se convierten en 261.000 euros. «Se ha triplicado el pago porque nos obligan a competir», se quejan. Fernández reclama una rebaja en los precios de salida para evitar la caída de la rentabilidad de unos autónomos que dedican todo el verano a la principal oferta turística de la localidad pinatarense.
Para el concejal de Ferias, Javier Castejón, «los técnicos revisarán las condiciones del pliego, pero si dicen que están bien, no se modificarán porque los precios se ajustan a la normativa». Reconoce que los licitantes ofertan «precios desorbitados, pero no somos nosotros los que subimos». Para compensar el previsible descenso de público que alertan los feriantes este verano, el edil anuncia «una gran campaña publicitaria que promocione la feria como un parque de atracciones, la instalación de unos monolitos con el plano, y más focos».
Fuente: laverdad.es