Mar Menor a vista de pájaro parece lo que es el cráter de un gran volcán.

Y volcánicas son las islas del Mar Menor. Las más pequeñas y por tanto menos conocidas son las islas del Ciervo, Sujeto y Redonda.Pero no por pequeñas menos importantes, ya que mantienen flora y fauna que debemos respetar.

Luego está La Perdiguera con su yacimiento romano y que fue coto de caza real, de ahí viene su nombre, de “perdigón”. Y la más grande la Isla del Barón, donde se encontró por sorpresa un rebaño de muflones y que mantiene su palacete neomudéjar, su torre de cinco plantas y la leyenda del Barón de Benifayó y el asesinato de su prometida la princesa rusa.

Mar Menor, algo de historia en la laguna salada

Los primeros habitantes del Mar Menor tal vez fueran los cazadores y pescadores de Las Amoladeras. Un campamento prehistórico de hace 4800 años. Y después de ellos todas las civilizaciones mediterráneas han pasado por la laguna salada. De los romanos encontramos por ejemplo la balsa de Los Alcázares que entre otros materiales está construida con conchas de berberechos y almejas del Mar Menor. Y fueron los romanos los que pusieron nombre al cabo “del final de la laguna” que es lo que viene a significar “de Palos”.

El nombre de “Mar Menor” es de hace poco tiempo, antiguamente la laguna era conocida como “la albufera”. Una albufera y sus pueblecitos asediados en la Edad Media por piratas berberiscos, entre ellos el más famoso MoratoArraez. Pues en estos acontecimientos tienen su origen las fiestas berberiscas de Los Alcázares, por ejemplo. Y hablando de fiestas y Los Alcázares, también se celebran en la localidad las romerías que recuerdan aquellos tiempos en que los huertanos de la Vega Media del Segura, peregrinaban al Mar Menor para darse los primeros baños de la temporada.

Mar Menor y sus excelentes productos

Volviendo a “La Albufera”, en el escudo de San Javier se menta: “la Albufera me dio vida”. ¿Y qué vida es ésta? pues los mejores pescados y mariscos del mercado. Los mújoles, anguilas,magres y doradas capturadas con el arte ancestral y sostenible de la Encañizada. Arte de pesca por cierto, que no tiene competencia: el pescado no sufre y se mantiene fresco hasta su consumo. Y si no lo quieres fresco ahí tienes uno de los mejores aperitivos posibles: las mojamas, huevas y salazones del Mar Menor destacando la hueva de mújol. O el archifamoso langostino del Mar Menor, sacado con mimo por pescadores artesanales cuya ciencia dice que al animal le gusta el calor y el viento de poniente.

Hablemos de vientos y pescadores en el Mar Menor. Jaloque, Levante, Maestral, Lebeche cada uno tiene su significado y cada uno viene y va cumpliendo su función. Y ojo con la vida de estos pescadores que, además de faenar la mar, recogían leña y posidonia para cocinar, setas en la isla del Barón como guarnición o buscaban piezas abandonadas de caza en la Perdiguera. Una vida en el paraíso pero de lo más dura, eso sí.

¿Hemos dicho cocinar, no? Vale, pues empecemos por el tradicional, humilde y fuerte plato de los pescadores: el caldero. Arroz y peces roqueros con un buen mortero de ajo. Y de segundo los pescados a la sal: enterrados en ella, sin limpiar, sin desescamar y cocinados con brasas (que no “a la brasa”…) ¿Alguien da más?

Fuente/www.descubriendomurcia.com