La ministra de Defensa afirma, en su visita a la Academia General del Aire y a Los Alcázares, que la Región «es una prioridad para el Gobierno». «Quiero transmitir a todos los murcianos y murcianas el apoyo y el cariño del Gobierno de España, y su compromiso y solidaridad tras las inundaciones para dar el impulso necesario». Este ha sido el mensaje que repitió la ministra de Defensa, Margarita Robles, en varias ocasiones durante su visita a la Academia General del Aire y a Los Alcázares con el abierto propósito de limar asperezas con la Región tras los últimos encontronazos del Gobierno de Pedro Sánchez con el presidente López Miras.

Con el aire enrarecido de los reproches mutuos con la crisis del Mar Menor, el reparto de competencias en las medidas antinundaciones, el recurso al pin parental o la intervención económica en el pago a proveedores, Robles quiso transmitir «el cariño a toda la ciudadanía de la Región de Murcia, a todos sin excepción». Aprovechó para pedir «que cuando hay tragedias humanas e inundaciones, que nadie tenga la tentación de hacer política, porque todas las administraciones debemos trabajar juntas para que, aunque vivimos una situación de cambio climático complicada, haya medidas de prevención. Aquí no venimos a hacer política. Estamos todos en lo mismo».

A pesar de que su visita a la base de formación del Ejército del Aire solo tenía como objetivo anunciado reunirse con los compañeros de los tres pilotos fallecidos en los dos accidentes aéreos del pasado verano, Robles anunció que el Ministerio firmó este jueves el contrato de compra de los 24 aviones Pilatus de entrenamiento, que sustituirán a los reactores C-101, cuya vida útil finaliza.

La firma del acuerdo de adquisición se había retrasado con el recurso que presentó uno de los fabricantes que concursaron en la licitación pública, aunque la Justicia ha respaldado finalmente la adjudicación al proveedor suizo por 204.750.000 euros. «Ya se está haciendo las obras de adecuación en la Academia y vamos avanzando en el proceso administrativo», afirmó la ministra, por lo que en la base costera esperan la llegada de la primera remesa de aviones este mismo año.

Entre los proyectos de adaptación de la base militar para recibir al Pilatus y todo el dispositivo de enseñanza y entrenamiento aéreo que incluye, con un simulador y diversos dispositivos informáticos, figura el derribo de uno de los edificios que se encuentran junto a la pista, que será sustituido por un nuevo centro de formación con la doble función de acoger la sede de la Patrulla Águila.

Precisamente la unidad acrobática del Ejército del Aire es la que suscita cierta preocupación, debido a que el nuevo entrenador de hélice no es compatible con las maniobras de exhibición. El C-101 que utilizan los ‘águila’ tiene fecha de caducidad en septiembre de 2021, y en el Ejército del Aire tienen previsto que la Patrulla apure su tiempo de vida útil para sus compromisos internacionales, a la espera de ver si el modelo del C-102 en el que trabaja Airbus puede ser la solución de continuidad en el futuro para la unidad acrobática.

No ocultan en la base militar las múltiples necesidades que acumula el centro de formación tras una década de recorte en las inversiones, sobre todo después de que las riadas hayan golpeado reiteradamente el acuartelamiento del Mar Menor, causando desperfectos en edificios y en el vallado.

Una base histórica compartida
La histórica base militar de Los Alcázares, la primera de hidroaviones que funcionó en España, ha estrechado los lazos entre el Ayuntamiento y la ministra de Defensa, que este viernes realizó su tercera visita al municipio en poco más de un año.

Tras las severas inundaciones de septiembre de 2019, Robles se comprometió con el alcalde a ceder para uso municipal parte de las instalaciones en un acuerdo que se firmó días después en la sede ministerial de Madrid, y cuyo seguimiento ha querido Robles supervisar este viernes en el Consistorio. «Todo lo que sirva para reforzar a las Fuerzas Armadas y a la Comunidad de Murcia tenemos especial interés porque somos conscientes de la especial vinculación que las une», dijo la titular de Defensa.

Ya se ha creado la comisión que decidirá qué instalaciones y con qué uso se pondrán a disposición del Ayuntamiento, que espera rehabilitar el edificio del hospital botiquín y el de telecomunicaciones. El alcalde, Mario Pérez Cervera, presentó al equipo de Robles un acuerdo firmado años atrás entre el Ayuntamiento y el exministro de Defensa José Bono, por el que el Estado cedía la antigua residencia del Infante de Orleans y Ramón Franco, que actualmente se encuentra en estado de abandono, pero que el Ayuntamiento valora como una parte del patrimonio histórico con posibilidades de convertirse en «centro cultural y de educación», según apunta Pérez Cervera.

Decreto ley en vigor

En relación a la respuesta estatal a las inundaciones, Robles afirmó que «no es necesario otro decreto ley porque el que está en marcha cubre hasta el 31 de marzo». «Luego habrá que desarrollar decretos específicos», indicó. El alcalde le expuso «la necesidad de empezar a hacer obras que pueden ayudar a frenar las avenidas de agua, como el refuerzo del canal D7, que nos ayudará a gestionar caudales de hasta 100 litros por metro cuadrado». «Necesitamos ayudas, no solo para los afectados de las inundaciones, ya que se suma la crisis del Mar Menor y los comerciantes ven el futuro muy negro», afirmó el regidor.

«No es necesario firmar otro decreto para las inundaciones; el que hay cubre hasta el 31 de marzo»

Los compañeros de tercer curso de Rosa Almirón, la alférez fallecida en septiembre en el segundo accidente aéreo del pasado verano, relataron a la ministra de Defensa la dura experiencia que han vivido al proseguir el curso con su vacío. «Podía haber sido cualquiera de nosotros; se ha hecho duro pero hemos logrado salir adelante», le contó uno de los alumnos.

Otro compañero de la alférez desaparecida le explicó a la ministra que «aquí nunca estamos solos; en los momentos de bajón siempre hay un compañero o un mando al lado». Robles les hizo ver la ventaja de «que las Fuerzas Armadas sois una gran familia» y les contó que comprendía su dolor porque vivió una pérdida parecida cuando era estudiante. «Cuando me saqué la oposición, un compañero se ahogó y el día de los Despachos sentíamos que faltaba uno», les dijo.

Robles lució en su encuentro con los alumnos una cazadora de vuelo con el emblema del águila de la Academia General del Aire que el coronel director de la AGA, Manuel de la Chica, le regaló cuando fue a recibirla a pie de avión. «Yo llevaba la del Ala 12 -de la base de Torrejón-, pero vuestro coronel me ha hecho cambiármela», contó Robles.

Fuente: laverdad.es