El Museo del Mar es la casa de los pescadores y sus familias. Pero también es la morada de los vecinos de San Pedro del Pinatar y de todo aquel que se considere amante de la mar. La muestra inaugurada en 1980 y ubicada en la localidad costera es un collage de recuerdos. Un compendio de objetos personales y fragmentos de la vida de cientos y cientos de vecinos y marineros que, a lo largo de casi 40 años, han querido ir construyendo esta bonita historia con sabor a mar.

Lázaro Escudero, patrón mayor de la cofradía de pescadores en esos años, quiso comenzar a tejer la historia de este museo de la pesca que aún continúa creciendo en nuestros días. «Intentamos transmitir la cultura de la pesca. El municipio de San Pedro del Pinatar se ha sostenido durante muchos años gracias a este oficio. Hemos querido representarlo a la vista de la gente», explica Benito Pérez, actual director del Museo del Mar, y añade que «la gente no sabe cómo se pesca lo que luego compra en las pescaderías, por lo que aquí intentamos explicar el origen y tratamos de transmitir buenas prácticas, como no comprar pescado demasiado pequeño. Es una pena que la gente no conozca el oficio».

Aquel que visite el museo puede encontrar objetos maravillosos y tan diversos como peces disecados, maquetas de redes y barcos, caracolas y fotografías antiguas. «Como tenemos la suerte de tener dos mares, Mediterráneo y Mar Menor, explicamos las dos formas de pesca que se realizan a través de nuestras maquetas», comenta Benito, y aclara que «la tradicional y artesanal, que se hace en el Mar Menor, con el uso de ‘pantasanas’, ‘paranzas’ y el ‘tresmalle’; así como la de altura que se utiliza en el Mediterráneo, con barcos de arrastre y pesca de cerco». Además, una de las primeras formas de pesca que existió en la laguna también se encuentra representada: las encañizadas, una técnica «que diseñaron los árabes y que aún muchos pescadores utilizan».

Las encañizadas se ponen en los pasos de agua entre el Mediterráneo y el Mar Menor», explica el director del Museo del Mar «para la pesca de la dorada y el mújol, sobre todo», concluye. Hay que destacar como dato curioso, que el museo también alberga tesoros de otros mares mucho más lejanos, como pirañas traídas del Caribe, mandíbulas de tiburón, una tortuga marina disecada, estrellas de mar recogidas en el sur de África o una estrella de 21 puntas venida de Norteamérica.

Objetos que han sido donados a la colección por vecinos o visitantes que, conociendo la muestra, han querido aportar su granito de arena.Esta extraordinaria colección ha continuado creciendo y el pasado mes de octubre se amplió sumando un total de 200 metros cuadrados. Se añadió un nuevo espacio expositivo que alberga una colección de casi 40 maquetas de barcos de guerra donados por el pinatarense Ricardo Jover. «He tardado en hacer las maquetas unos cinco años», comenta Jover. «Mi ilusión como vecino de San Pedro es que el municipio tenga algo mío, por eso he donado las maquetas», añade emocionado. Con la ampliación, se suma además un espacio dedicado a charlas y proyecciones, una nueva exposición fotográfica con instantáneas de pescadores de la cofradía y un mural en la pared que tiene como objeto a la Virgen del Carmen.

Fuente: laopiniondemurcia.es