La Fundación Nueva Cultura del Agua achaca el aumento de estos desastres naturales a la ocupación de zonas inundables. El Informe Anual de 2019 del Observatorio de las Políticas del Agua (OPPA) de la Fundación Nueva Cultura del Agua aboga por la eliminación de viviendas e infraestructuras en zonas de alto riesgo por inundaciones como las ocurridas en los últimos meses en la Región de Murcia. Así, Julia Martínez, profesora de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia, ha achacado el incremento de estos episodios en el sureste español a la ocupación de zonas inundables; espacios agrarios cada vez más intensivos y sin prácticas de conservación y la «imparable» impermeabilización del suelo.

Además, ha culpado a las nuevas infraestructuras que desorganizan el drenaje natural, a las obras de defensa frente a inundaciones que agravan los daños cuando ésta se produce y a la reducción de los espacios propios de los ríos y cauces como otros causantes de esta situación. Por ello, Martínez ha pedido respetar las zonas inundables; devolver espacio a los cauces; gestionar el territorio fluvial y zonas de desbordamiento aguas arriba de las zonas urbanas; implantar medidas naturales de retención de agua en los espacios agrarios e impulsar una estrategia de comunicación y capacitación social para una gestión adaptativa frente a las inundaciones.

Para la profesora de la UMU, también es necesario implantar sistemas urbanos de drenaje sostenible y eliminar viviendas e infraestructuras en zonas de alto riesgo.

Estas viviendas debería incluirse bien por un alto peligro de inundaciones, como situarse en zonas inundables dentro del periodo de retorno de 10 años, o por tratarse de casos con elevada vulnerabilidad social, como colegios, centros sanitarios, residencias de mayores o viviendas de grupos poblacionales desfavorecidos.

Una nueva mortandad de peces
Martínez y su compañero de departamento Miguel Ángel Esteve publican en el informe un artículo en el que la eutrofización ha convertido a esta laguna en un sistema «enormemente vulnerable» a precipitaciones intensas, cambio en los vientos o un invierno más cálido de lo normal, de forma que los episodios de mortandad masiva de peces como el de octubre de 2019, pueden volver a repetirse en «cualquier momento».

Tras culpar a las administraciones central y autonómica de desoír las advertencias sobre la degradación del ecosistema en las últimas décadas y no actuar sobre la contaminación en origen de los regadíos del Campo de Cartagena, ambos investigadores consideran «sospechoso» el «elevado» consenso existente sobre que el principal contaminante es el acuífero. Al respecto, han recordado que los estudios han constatado que la llegada de los nitratos y fosfatos al Mar Menor se producen principalmente a través de los cauces y no por el acuífero.

Fuente: laopiniondemurcia.es