La Confederación Hidrográfica del Segura encarga un estudio para ver qué especies vegetales puede plantar en los cauces para frenar la afluencia de metales pesados que dañan el Mar Menor.
Se analizarán los lechos del Beal, La Carrasquilla y Ponce con el fin de hacer una rehabilitación completa del ecosistema.
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), organismo estatal que se encarga de los cauces de la zona de influencia de este río, anunció ayer que estudiará la composición geológica y vegetal de tres ramblas de la Sierra Minera cartagenera que desembocan en la parte sur del Mar Menor. Son: La Carrasquilla, que va desde La Manga Club a Islas Menores; del Beal, une Llano del Beal con el paraje de Lo Poyo; y de Ponce, que parte desde el Estrecho de San Ginés hasta Los Nietos.
Cabe destacar que la Plataforma de Afectados por los Metales Pesados, formada por vecinos de la Sierra Minera, denuncia que solo por la rambla del Beal llegan al año más de 21 toneladas de residuos mineros a la laguna. Entre ellos destacan componentes «nocivos» y «dañinos» para este «maltrecho» ecosistema: como el zinc o el plomo; y, en menor medida, arsénico y cadmio.
El propio Ministerio para la Transición Ecológica reconoce que «la toxicidad de los metales pesados es uno de los principales problemas para el medio ambiente, debido a que son persistentes y no biodegradables en la naturaleza». La Confederación resume al respecto que una de las presiones medioambientales identificadas sobre el Mar Menor es la contaminación química proveniente de las antiguas explotaciones mineras de su entorno y los metales pesados depositados en estas zonas. Sin embargo, informa de que se ha demostrado que la revegetación con especies seleccionadas conduce al aumento de la fecundidad de estos parajes y permite la llegada de otras plantas, lo que puede llevar a la «rehabilitación completa» de los ecosistemas afectados.
Resultados dentro de seis meses
Para poner fin a esto, la intención de la Confederación es conocer qué especies de flora pueden crecer en las ramblas con el fin de repoblarlas para que exista un filtro verde a lo largo de todo su cauce. Con ello se pretende frenar la llegada de metales pesados al Mar Menor. Antes de iniciarse esta tarea, la Confederación analizará la composición química de residuos, sedimentos y plantas en las ramblas escogidas.
Se trata de una investigación que durará seis meses y cuenta con una inversión estatal de 18.145 euros. El trabajo lo llevará a cabo un equipo especializado de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que ha tomado como muestra los tres cauces mencionados. Si bien la Confederación resalta que el objetivo es aplicar los resultados en otras zonas del Campo de Cartagena.
Fuente: laopiniondemurcia.es