Como en muchas recetas las elaboraciones son diferentes: la masa, el color, la textura, la gamba… pero nosotros les vamos a descubrir lo sencilla que se cocina esta tapa.
Ingredientes:
– 500 g de gamba cruda
– Cantidad suficiente de harina
– Cantidad suficiente de cerveza
– Y sal
Elaboración:
Con esos poquitos ingredientes vamos a elaborar una “tempura” que es como los gastrónomos llaman a esta rebocina. No se preocupen que lo de “cantidad suficiente” lo van a entender rápidamente porque la receta les irá marcando los pasos. ¡Manos a la masa!
Primer paso: preparamos la tempura
Para ello necesitamos un recipiente donde poder mezclarlo todo.
Lo primero que pondremos será la harina, aproximadamente un vaso, y acto seguido le añadimos la cerveza que en esta receta hará el trabajo de “impulsor” lo que haría la levadura o maizena.
La cantidad de cerveza a añadir no es exacta, primero ponemos un chorrito y la mezclamos con la harina, ayudándonos de unas varillas. Si vemos que la masa aún está dura agregamos más cerveza y volvemos a mezclar bien, así hasta conseguir un batido un poco espeso. No debemos olvidar que tenemos que bañar nuestras gambas en esta mezcla: si queda dura no podremos y si es demasiado blanda apenas las cubrirá. Rectificamos con un poco de sal.
Segundo paso: montar
Personalmente me gusta comprar las gambas crudas con su piel y sin cabeza (así salen más económicas), y las pelo excepto la parte de la cola, por donde las cogeremos para comérnoslas.
También podemos ensartarlas en un pincho o palillo, lo que nos vendrá muy bien cuando tengamos gambas pequeñas, así podemos montar dos o incluso tres por pincho.
Una vez tengamos la gamba preparada sólo nos falta introducirlas en nuestro batido y freírlas.
Tercer paso: freír
Lo mejor es tener una sartén de pequeño tamaño y profunda, para hacerlas poco a poco y no echar muchas de golpe, porque se nos arrebatarían.
Bien, pues en esa sartén echamos aceite de oliva en cantidad y lo ponemos a calentar a fuego medio. Cuando lo tengamos en su punto echamos nuestros caballitos y los freímos hasta que cojan un color dorado.
Truco: ¿NO sabeis cuando está el aceite en su punto óptimo de calor? Pues hay un truquillo que os vendrá muy bien… echar un trozo de pan al aceite y vereis que empieza a burbujear, eso es que está simplemente caliente, cuando el pan comience a dar vueltecitas y a dorarse es que el aceite está a unos 180º, la temperatura ideal.
Sugerencias:
Si queremos dar color a la masa podemos agregarle un poco de colorante, cogiendo así un ligero tono anaranjado. Otra opción es agregar ajo picadito y perejil a la tempura, o incluso un poco de pimienta.
Como estamos en tierra de limones se permite ponerle unas gotitas de este fresco cítrico, pero solo “unas gotitas” porque si no taparíamos su sabor.
He llegado a comer CABALLITOS PERCHERONES que no es más que un caballito como el que hemos aprendido a cocinar, pero el tamaño de la gamba es “extra grande”.