Se están estudiando los 56 proyectos que han solicitado fondos europeos para mejorar la actividad marítima
Después de casi cien años cuando los barcos pesqueros del Mar Menor incorporaron los primeros motores de gasolina para dejar atrás la vela latina y los remos como únicos medios motrices, podrían llegar los motores eléctricos. Con uno o más puntos de recarga en el muelle de Lo Pagán, los pescadores verían reducirse considerablemente su gasto en desplazamientos. Y la laguna se lo agradecería. Reducir la huella de carbono en la actividad pesquera del Mar Menor es el objetivo del proyecto que ha presentado la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, que agrupa a los 150 trabajadores de la laguna, a la convocatoria de este año del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).
Este es uno de los 56 proyectos que tiene sobre la mesa la Dirección General de Pesca para repartir los 800.000 euros disponibles de 2019 entre los mejor orientados a la modernización de la acción pesquera de la Región, que incluye la adopción de medidas respetuosas con el medio ambiente, con la igualdad de oportunidades y con la diversificación de actividades para generar empleo. El año pasado fueron 34 las iniciativas entre las que se distribuyeron 1,5 millones de euros, aunque este año ha perjudicado a la Región especialmente el criterio de reparto de ayudas europeas según las dimensiones de la flota pesquera. Aun así, el Grupo de Acción Local de Pesca y Acuicultura de la Región (Galpemur) tiene asegurados 3,5 millones para el periodo 2017-2023 con el objetivo de reforzar el desarrollo equilibrado de la pesca y la acuicultura en los municipios costeros.
La Cofradía de Pescadores de San Pedro quiere dar un paso más en la conservación de la laguna, para lo que ha solicitado fondos para que la actividad de su flota artesanal, compuesta por 65 embarcaciones, tenga el menor impacto posible en el ecosistema. «Tenemos que adelantarnos en la protección de los recursos marinos y también en la labor divulgativa entre los propios pescadores», aseguró ayer el patrón mayor, Jesús Gómez. El primer paso apuntará a realizar un diagnóstico de las emisiones de efecto invernadero, que se prevén menores que en las flotas de arrastre del Mediterráneo, ya que los barcos del Mar Menor son de menor tamaño y realizan trayectos más cortos. «Es un valor añadido para una cofradía, que la situaría a años luz del resto, ya que hasta ahora solo ha realizado esa medición la de Cartagena», explica el biólogo Pedro Martínez Baños, quien ha recomendado ya medidas correctoras para la flota cartagenera, como la instalación de sensores de luz y de placas solares, la reutilización de aguas y la plantación de especies vegetales autóctonas en las inmediaciones para compensar la huella de carbono.
Con uno o más puntos de recarga en el muelle de Lo Pagán se impulsarían los motores eléctricos
Más fácil en el Mar Menor
«A pesar de que la huella es muy escasa en la flota cartagenera, vamos a recortar las bombas de los motores para que gasten menos gasoil», asegura el patrón mayor de la Cofradía de Cartagena, Bartolomé Navarro. Este año han solicitado una subvención para renovar el camión que recoge las redes de arrastre, debido a su antigüedad.
El biólogo Martínez Baños cree que en el Mar Menor será más fácil «implantar el cambio tecnológico que todas las embarcaciones tendrán que hacer, desde los petroleros a los transatlánticos que arriban en el puerto de Cartagena». «Depende de la voluntad clara y de la rentabilidad de la actividad», afirma sobre la sustitución de motores de gasóleo por los eléctricos.
Hasta final de junio, la Dirección General de Pesca no tendrá seleccionados los proyectos más idóneos, que se aprobarán después del verano si cumplen con los requisitos. La novedad de este año es que «por primera vez se aprobarán planes bienales, para 2019 y 2020, ya que los promotores no tenían tiempo para ejecutarlos», indica el director general de Pesca, Francisco González, quien destaca que «somos una Comunidad Autónoma pequeña, pero la que más ha ejecutado los fondos».
Salchichas de atún y vela adaptada optan a los fondos
Si el año pasado logró el apoyo de Galpemur el primer barco de turismo marinero del Mar Menor, el ‘Sparus’, del pescador Juan Tárraga y el biólogo Manuel Trives, este año opta a una ayuda económica el proyecto de José Luis Montoya, bombero retirado con una paraplejia a causa de un accidente doméstico, que le alejó de su profesión pero no de la ilusión por navegar.
Fundó la Asociación de Deporte Adaptado Mar Menor y proyecta crear la primera escuela de vela adaptada de España. Ya cuenta con lista de espera, pues solo dispone de dos barcos adaptados, con los que navegan con autonomía dos adolescentes murcianos que encuentran en el Mar Menor un entorno sin barreras donde manejan el timón sin ayuda. Cuenta con el apoyo de la Cofradía de Pescadores de San Pedro y con el Club Náutico de Lo Pagán, pero espera un impulso para invertir en más embarcaciones.
Otro aspirante a los fondos europeos es Altuntún, la marca de embutidos de atún del cocinero Alfonso Bernal y el carnicero Gonzalo Jiménez Esparza en el barrio cartagenero de Santa Lucía. Salchichas de atún fresco y quinoa, chorizos de atún, morcilla de atún, arroz y tinta de sepia o ventresca adobada en salmuera son algunas de las innovadoras delicias que buscan expandirse con la nueva marca.
Fuente : La Verdad