La lejía es uno de los productos más eficaces para desinfectar ahora que la limpieza es esencial por la pandemia por coronavirus. Sin embargo, sólo se estaría haciendo un uso correcto si se mezcla con agua fría. Te explicamos el porqué.

Las labores de limpieza y desinfección son muy importantes durante la pandemia por coronavirus para evitar su contagio y propagación. Por eso, un uso correcto de los productos adecuados es esencial.

Uno de los más eficaces para esta tarea, por no decir el que más, es la lejía, también conocida como hipoclorito sódico. Sin embargo, puede que este producto lo estés utilizando mal. ¿La razón? Si la mezclas con agua caliente, la lejía “se evapora” y no se puede “garantizar su concentración”. Esto es porque el hipoclorito a esa temperatura se descompone generando gases tóxicos por lo que el cloro se queda en el ambiente y no en la solución de limpieza.
Hay que renovar esta mezcla cada día. “Debemos preparar la lejía diariamente y en agua fría en las proporciones adecuadas, esa es la única alternativa”

La proporción para la disolución de lejía al 1:50 que se consigue echando 20 mililitros de lejía casera dentro de una botella de un litro llena de agua del grifo. Para que se integren de forma correcta hay que cerrarla y darle la vuelta varias veces. Una mezcla que habría que hacer como señala Gemma del Caño el mismo día de su uso para que el producto de limpieza no pierda sus propiedades y llegue a su finalidad: desinfectar.

Para ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha facilitado una serie de recomendaciones: eliminar previamente la suciedad con agua y jabón, respetar la dosis de lejía recomendada (con unas gotas basta), diluirla en agua fría, prestar atención y llevar especial cuidado con posibles salpicaduras en la cara, ojos y ropa y ventilar bien tras su uso.

Por supuesto no mezclar con amoníaco

Fuente: lasexta.com