A pesar del temporal en la zona del Mar Menor y la costa, las salidas anticipadas y las cancelaciones, los alojamientos retuvieron un 80% de ocupación en Semana Santa.

«Qué se puede hacer aquí cuando llueve?», fue una de las preguntas más repetidas en los mostradores de los hoteles de la costa murciana durante los recientes días de Semana Santa, cuando el temporal decidió hacer los mismos planes que miles de españoles: irse a la playa. «No sabíamos qué decirles a los clientes», reconoce la presidenta de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos de la Costa Cálida, Hostetur, Soledad Díaz. A pesar de los cielos ennegrecidos y las intensas lluvias, con algún vendaval incluido, los hoteleros han logrado retener a la mayoría de sus clientes, hasta un balance global del 80% de ocupación en la costa, salvo excepciones, como un camping en la costa del Mar Menor que además de sufrir la fuga de turistas registró numerosos desperfectos con las riadas.

Hostetur reconoce que se produjeron cancelaciones de clientes y salidas anticipadas, aunque «no masivas». Como ejemplo, Díaz señaló un hotel de La Manga, que contaba con el 90% de las habitaciones reservadas y terminó la semana festiva con ese mismo porcentaje. En otros casos, las cancelaciones han alcanzado el 15%, especialmente en los hoteles de ciudad, según los datos del presidente de Hostemur, Jesús Jiménez. Los que menos han notado el impacto negativo del temporal son los que aún cuentan con los huéspedes de los viajes programados del Imserso.

Con el puente festivo más largo del año pasado por agua, los hoteleros pudieron retener todo lo posible a sus clientes a base de organizar bailes en sus propios salones o de recomendar zonas donde pasear, aunque fuese bajo la lluvia, y como mucho algún pequeño museo de interés histórico local en los pueblos costeros. «En Mazarrón no hay ni un cine de invierno, así que los enviamos a ver el museo del barco fenicio y poco más», afirma la portavoz de los hoteleros, quien reclamó «más ofertas de ocio para romper la estacionalidad y para hacer frente a situaciones como esta, cuando tienes unas previsiones de ocupación muy altas y todo se complica por las tormentas. Tenemos mucha carencia de ofertas alternativas a la playa», lamentó Díaz, tras una campaña de Semana Santa «muy deslucida». Los hoteleros tampoco se han atrevido a animar a sus clientes a realizar excursiones a zonas más nutridas de alicientes de ocio y visitas de interés histórico y cultural, como Cartagena «porque no queríamos exponernos a complicar la estancia de los turistas con un recorrido complicado por las carreteras cortadas o peligrosas, o incluso un accidente». Para la presidenta de Hostetur, no se trata de echar la culpa a la lluvia, sino de buscar soluciones a una situación que puede repetirse en el futuro.

También Jiménez admitió que «si la lluvia ha sido buena para el campo, para la hostelería ha supuesto «un desastre. Teníamos grandes expectativas, y confianza en que todo saldría bien porque la Semana Santa caía muy tarde, pero no se han cumplido».

Fuente: laverdad.es