Conocer mejor el Mar Menor es una forma de salvarlo. Es lo que piensa Francisco Javier Olmos, descendiente de la saga de pescadores ‘Los Luisos’, que ha dedicado casi toda su vida a investigar y reunir la historia y tradiciones pesqueras de la laguna en varios libros esenciales para los estudiosos del Mar Menor. Seguro de que «es necesario un centro de información, interpretación y conocimiento de la laguna, que no es solo un sitio donde bañarse, ni una piscina en la que mirar si el agua está limpia en verano, sino un reservorio de especies y un espacio singular con una larga historia de pesca», decidió promover el proyecto.

Por propia iniciativa, encargó un anteproyecto que sirviera de impulso para hacer realidad ese centro «que merece Los Alcázares después de todo lo que ha sufrido», afirma Paco ‘El Luiso’.

Firmado por la arquitecta Marina Avilés Olmos, la iniciativa contempla la construcción de dos edificios parejos, uno frente a otro. En uno de ellos se creará una sala dedicada a la vela latina, con una recreación a escala de un astillero de ribera y el trabajo del calafateado. En su interior se exhibirá un laúd auténtico, el San Miguel, con 112 años, propiedad de la familia ‘Los Estrujaos’, una de las grandes sagas pesqueras de Los Alcázares. Será la principal atracción del centro marino, ya que la embarcación se podrá ver desde el exterior a través de un muro de cristal.

Para albergar el barco con todo su aparejo, la arquitecta ideó un edificio de dos alturas, con techo más alto para la sala del laúd y más bajo en el espacio dedicado a la escuela de vela con aula taller sobre el Mar Menor para albergar conferencias y jornadas de estudio sobre el ecosistema salado.

El otro edificio se destinará al museo de la laguna, con un porche que emularía a la antigua lonja de pescado de Los Alcázares. El visitante podrá ver en el interior maquetas a escala de antiguos artes de pesca exclusivos de la albufera murciana, algunos de ellos ya desaparecidos, como el ‘Rayo’. Olmos ha reunido durante años útiles de pesca con este fin. «Se han roto las señas de identidad, y esta es de las pocas que se puede recuperar», explica el promotor del proyecto, que cuenta ya con el respaldo del Ayuntamiento.

El gobierno local ha iniciado los trámites para conseguir la financiación necesaria de los fondos europeos a través del Grupo de Acción Local de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia, Galpemur. «Ya se lo hemos expuesto a la Dirección General del Mar Menor para que sea partícipe de este proyecto que necesita Los Alcázares, como incentivo turístico y recuperación cultural», señala el alcalde, Mario Pérez Cervera. El regidor defiende que «la iniciativa viene de la mano de una de las personas que mejor conoce el Mar Menor, porque ha pasado toda su vida estudiándolo».

Una ubicación dudosa
La única objeción que encuentra el proyecto es el lugar de ubicación, en la desembocadura de la rambla de La Maraña. Olmos defiende este enclave, justo donde a principios del siglo XX Fulgencio Martínez Gálvez levantó la primera lonja de la laguna, donde los pescadores arribaban sus barcos y descargaban la mercancía para el pesado en una gran báscula que colgaban de las vigas de madera. Cuentan que la vieja lonja estaba construida con los embalajes de los hidroaviones rusos que llegaban al puerto de Cartagena en piezas para ser montadas en la base alcazareña. Cuando la pala municipal derribó la lonja en mayo de 2016, Olmos recogió los tablones estampados con el nombre de la ciudad portuaria, con la intención de exponer estas viejas reliquias en el futuro museo.

La lonja dejó de funcionar en los ochenta, cuando la subasta de Lo Pagán concentró la actividad pesquera. Con esta plaza, propiedad municipal, ya despejada, Olmos cree que sería la ubicación que le corresponde al museo del Mar Menor. «Nadie tiene un sitio mejor que este», afirma, aunque defiende el estudio técnico del enclave. Sin un informe técnico que lo avale, el alcalde mantiene sus reticencias. «Después de las DANA, hemos visto lo que parecía que nunca iba a ocurrir», afirma. Cree que «para destinar una inversión junto a la desembocadura de la rambla, haría falta un informe y medidas de protección». De hecho, el Ayuntamiento prevé invertir dos millones de euros en despejar el tramo final de la rambla urbana, como parte del proyecto de encauzamiento en el que la Confederación Hidrográfica del Segura tiene previsto destinar seis millones de euros si la Comunidad Autónoma completa el tramo urbano con dos millones de euros. Como alternativa, el alcalde alcazareño propone el espacio cedido por el Ministerio de Defensa junto a la base aérea, en la orilla sur del Mar Menor.

Fuente: laverdad.es