Los ladrones hicieron un butrón, cortaron barrotes de hierro con una radial en la empresa Semilleros El Mirador, cuyas instalaciones abarcan un área de diez kilómetros .Esta empresa ha sufrido tres robos consecutivos entre el 23 de diciembre y el 10 de enero. En el último, además, se cree que los asaltantes han contado con información de un extrabajador o de alguien próximo a la plantilla.
Estás personas según un socio de los semilleros tenían hasta el cuadrante de los turnos de trabajo, ya que el golpe se inició justo después de que los últimos empleados abandonasen la zona de siembras, a las nueve de la noche del pasado jueves. Justo a esa hora, cada día, el vigilante de seguridad se dirige a las perreras para liberar a la docena de pastores alemanes que custodian el recinto. Pero en ese momento se cree que ya había un caco dentro, oculto en un desagüe, aguardando la llegada del guarda. Le golpeó por detrás, le echó un gas que le hizo desmayarse y sufrió un golpe en la cabeza , aseguró uno de los socios.
Al parecer, el grupo de asaltantes se coló en una casa de campo que linda con Semilleros El Mirador y desde ahí abrieron un boquete en la valla perimetral. «Arrancaron rejas de las ventanas de la sala de juntas y el aseo». Rompieron tres sensores de seguridad y evitaron todas las cámaras de videovigilancia que hay en las zonas de oficinas y cocheras. También debían de conocer que se trataba de una habitación de seguridad, con un encofrado en las paredes que ocultaba unos barrotes de hierro. De poco sirvió, pues llevaban tal cantidad de herramientas que abrieron un butrón, cortaron hierros y empezaron a reventar cajas fuertes.Forzaron tres cámaras y con la cuarta, en la que había entre 30.000 y 40.000 euros en pagarés de los clientes, saltó la alarma, Al llegar un par de socios soltaron a los perros y estos localizaron al vigilante; iba drogado, deambulando sin saber dónde estaba. De hecho, pasó la noche ingresado en observación en el Hospital Los Arcos. La investigación de este robo con violencia e intimidación la asume la Guardia Civil, que ayer movilizó a un grupo de agentes para realizar una minuciosa inspección de las instalaciones. El golpe de esta banda organizada le ha causado a la empresa más de 4.000 euros en destrozos, los cuales se suman a la factura de 2.500 euros por los dos palos asestados en Sucina el 23 y el 31 de diciembre. En la primera ocasión, saltaron la verja y se llevaron una furgoneta, en la que cargaron ordenadores y herramientas como cortadoras y taladros. La segunda vez, tres magrebíes fueron sorprendidos por un guardia civil en pleno robo, pero huyeron por un invernadero. El Mirador, una de las instalaciones del sector más grandes de la Región, con 150 empleados y más de un centenar de clientes.
En la empresa tienen claro que los dos primeros robos no tienen nada que ver con el despliegue del jueves. Estos últimos eran un grupo de profesionales según confirman agentes y socios de la empresa.