La tercera ola de la pandemia ha puesto a prueba la capacidad asistencial de los hospitales de la Región, que han sufrido una grave saturación nunca vista hasta la fecha. Con el objetivo de tratar de aliviar la carga de trabajo que viene soportando el personal sanitario desde hace ya casi once meses, el SMS ha puesto en marcha varias líneas de actuación para no sobrecargar más todavía a estos profesionales.

Una de ellas es el programa de ‘Seguimiento estrecho domiciliario para pacientes covid’ que no cumplen los criterios de hospitalización pero que necesitan una atención diaria para la obtención de datos que estimen la posibilidad de actuar de manera rápida ante un posible empeoramiento de la enfermedad. Por otra parte, estaría la mejora de la atención domiciliaria por parte de los servicios de urgencias extrahospitalarios para lograr un mejor cuidado en los domicilios de los pacientes frágiles o vulnerables para así evitar su hospitalización y reducir las posibilidades de infección en estos centros y disminuir la tasa de mortalidad entre estos enfermos.
Los pacientes leves, controlados desde casa
El plan de ´Seguimiento estrecho domiciliario para pacientes covid’ lanzado hace unos días en distintos hospitales de la Región ha permitido ´liberar’ los centros sanitarios y hospitales de al menos 100 pacientes más en la Región y reducir así de forma importante la saturación clínica. Este programa, puesto en marcha desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicio Murciano de Salud (SMS), está siendo coordinado por Juan Antonio Gómez Company, médico de urgencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, que matiza que no se trata de una «hospitalización a domicilio».

«Hay pacientes covid que no tienen criterios para el ingreso hospitalario, pero como el virus es tan traicionero, les damos unas instrucciones y pautas sobre lo que tienen que hacer en su casa, qué medidas tienen que tomar y cuáles son los principales signos de alarma», explica el facultativo. Este circuito, además del componente clínico- asistencial, está sustentado en los sistemas de información del SMS y conformado dentro de la historia clínica electrónica, lo que garantiza en todo momento la continuidad asistencial.

El coordinador explica que cada uno de los médicos que están participando el programa cuentan con «un buzón» en el que atienden a los pacientes de una forma estrecha mediante llamadas telefónicas o videollamadas, con la obtención de datos objetivos a través de la entrevista clínica y del pulsioxímetro. Estos datos, como la saturación en sangre o la temperatura, son valorados por los profesionales sanitarios para estimar la posibilidad de actuar de manera rápida ante un posible empeoramiento o complicación.

«Con los datos vemos la evolución del paciente y podemos discriminar si el paciente está bien o mal. También estimamos cómo está su situación pulmonar y, de esta forma, se descarga al médico de Atención Primaria que no puede prestarle la atención minuciosa que necesita. Si el paciente tiene una gran mejora y puede ser dado de alta, se comunica a su médico de cabecera para anunciarle que ha finalizado el programa».

Y es que cuando el profesional sanitario, al alta del paciente desde hospitalización -porque decide que clínicamente tiene que continuar un seguimiento estrecho-, o al alta desde Urgencias, cumple los requisitos para ser un buen candidato al programa, realiza una interconsulta mediante el sistema de información, que es recibida por el grupo de profesionales encargados del seguimiento.

Una vez dado de alta, el paciente es informado de la inclusión en el programa y se le entrega una documentación explicativa y un pulsioxímetro para cumplimentar su seguimiento con datos objetivos que comunicará el paciente en cada entrevista telefónica. Durante dicho seguimiento, el profesional designado realiza llamadas telefónicas o videollamadas con el paciente que se encuentra en su domicilio, anotando las variables clínicas importantes e incidiendo en los signos de alarma del paciente.

Actualmente el programa está funcionando en las Áreas de Salud I (Arrixaca), II (Cartagena), VI (Morales Meseguer), VII (Reina Sofía) y IX (Cieza), y en breve estará en el resto de áreas. En la mayoría de ocasiones estos pacientes se incluyen en el programa después de permanecer unos días ingresados en planta y tras recomendarles continuar con este seguimiento desde casa.

También entran si, aunque no cumplen los criterios de hospitalización, tienen complicaciones u otras patologías y están en Urgencias, explica Gómez Company. Hasta ahora la iniciativa está dando «muchos beneficios» y el personal está «muy satisfecho». «Los pacientes también se sienten muy amparados», explica el doctor.

El murciano José Francisco García dio positivo por coronavirus el pasado 10 de enero, y desde el Hospital Reina Sofía le ofrecieron la oportunidad de acogerse al programa ‘Hospitalizados en casa’ que el centro ya había puesto en marcha de forma pionera hace ya meses.

«Tras haber dado positivo no tenía complicaciones preocupantes y mi evolución estaba más o menos controlada», relata García, a pesar de padecer hipertensión, diabetes y apnea del sueño. «Lo que yo vi en el hospital cuando me ofrecieron acogerme al programa, con todo el personal sanitario luchando contra el virus, me hizo ver que tenía que aportar algo. El proceso, en realidad, ha sido mucho más positivo de lo que yo me esperaba».

Explica que en su casa ha contado con los distintos aparatos y dispositivos para medir la tensión, el azúcar o la saturación en sangre. Todas las mañanas su médico de cabecera le llamaba para preguntarle por todos los indicadores: «Te sientes protegido y arropado a cada instante. Se preocupan por ti. Hay una atención humana más allá de la sanitaria, algo que es fundamental. Cuando has visto con tus propios ojos el desbordamiento sanitario, te das cuenta de que no puedes negarte a hacer lo máximo para dejar una cama libre», sentencia.
Atención domiciliaria a pacientes frágiles

La pandemia de coronavirus ha trastocado los protocolos de atención sanitaria a los pacientes en la Región de Murcia y sobre todo en los periodos donde la incidencia se dispara. El reto asistencial es mayúsculo por la saturación hospitalaria y para afrontar esto los servicios sanitarios deben cambiar sus planes para ofrecer el mejor cuidado a los enfermos, y sobre todo a los más frágiles. Por este perfil de paciente se ha hecho necesario crear un nuevo protocolo de atención comunitaria a pacientes en delicado estado de salud, con patologías avanzadas, en la actual situación de pandemia por el coronavirus.

El Servicio Murciano de Salud, en este contexto, ha decidido establecer unas pautas en la atención domiciliaria a los pacientes frágiles para no derivarlos a los hospitales. Quieren evitar que esa saturación en los centros sanitarios implique un punto negativo para enfermos que son dependientes, con afecciones graves y que incluso cuya esperanza de vida no supere un año. El protocolo ‘paciente frágil’ o ‘código de fragilidad’ que quiere implementar el SMS va dirigido a los servicios de urgencias extrahospitalarias, que en la Región están compuestos por los profesionales de emergencias sanitarias del 061, los Servicios de Urgencia de Atención Primaria y los facultativos de Atención Primaria.

El protocolo pretende que estos servicios puedan afinar mucho más en la atención a pacientes en una situación de fragilidad muy avanzada, para determinar que la derivación a centros hospitalarios está debidamente justificada. Y es que se pretende evitar, por ejemplo, que pacientes con patologías que acaben necesitando asistencia médica pero que no estén infectados por la covid-19 no sufran riesgo de padecer infecciones nosocomiales, es decir, aquellas infecciones contraídas en espacios sanitarios. Para el caso de enfermos que estén contagiados por el coronavirus, los servicios de urgencias extrahospitalarios deberán estar seguros de que la mejor alternativa para su tratamiento es el ingreso hospitalario y no la atención domiciliaria. Por todo ello, se pretende protocolizar al máximo las situaciones a las que se deban enfrentar estos profesionales de emergencias y Atención Primaria en base a tres puntos: criterios de derivación a centros hospitalarios, tratamiento domiciliario y la coordinación entre diferentes servicios para garantizar la continuidad de la asistencia en caso de decidir el tratamiento domiciliario.

Los sanitarios deben valorar al paciente en función de distintas escalas diagnósticas de fragilidad, que reflejan las diferentes complicaciones que presentan, ya que, en caso de pacientes con coronavirus, la mortalidad se multiplica si previamente presentaban patologías severas. Por ello, en primer lugar, se les pide a los facultativos que diagnostiquen al máximo pacientes que podrían estar contagiado para establecer el tratamiento más adecuado. Y es que en el máximo grado de vulnerabilidad en cuanto a la salud, el paciente tiene un 30% más de probabilidad de fallecer al ser ingresado en un hospital.

«En general, cuanto más avanzada se encuentre la enfermedad principal, peor situación general y más rápido haya sido el empeoramiento, más probabilidad existe de que la decisión más adecuado sea, sin descartar nunca el tratamiento activo, un enfoque paliativo y de soporte», destaca el protocolo del SMS.

Fuente: laopiniondemurcia.es