Otra piedra en el camino para los biorreactores en el Mar Menor
Otra piedra en el camino para los biorreactores en el Mar Menor de Antonio Luengo en el Mar Menor. La empresa propietaria de los terrenos donde se proyectan las balsas de astillas para eliminar los nitratos del Albujón ha recurrido a los tribunales por la baja compensación económica de la expropiación.
Biorreactores en el Mar Menor
El proyecto estrella del Gobierno regional para acabar con los nitratos que entran al Mar Menor por la rambla del Albujón ha encontrado otra piedra en el camino. Las balsas de desnitrificación, que contendrán astillas de cítricos para eliminar las sustancias contaminantes transportadas por el cauce, fue un proyecto científico nacido en la Universidad Politécnica de Cartagena y que la Consejería de Medio Ambiente quiso llevarlo a la práctica en la laguna salada.
Tras sufrir varios retrasos en su tramitación, el proyecto de biorreactores que pretende acabar con el 70 u 80% de los nitratos del Albujón tendrá que pasar ahora por los tribunales. La empresa propietaria de la mayoría de los terrenos donde se plantean construir las 15 balsas cerca de la desembocadura presentará un recurso contencioso-administrativo por no estar conforme con la compensación económica de la Comunidad por las expropiaciones.
Biorreactores en el Mar Menor Murcia
Dicha mercantil tiene en propiedad dos fincas en Los Alcázares cuya superficie valdrá para acoger las instalaciones de la Consejería. En total, Medio Ambiente ocupará 48.500 metros cuadrados. Las obras ya han sido adjudicadas a una unión de empresas (Osepsa y José Díaz) con un presupuesto de 4,06 millones de euros y deberían estar terminadas en un plazo de medio año. Ahora, la Consejería está a la espera de saber si la empresa propietaria de los terrenos expropiados pedirá como medida cautelar ante el juez que se paralice el proyecto hasta que haya una resolución.
Astillas de madera en grandes cantidades y de fincas de El Algar
«No es fácil garantizar la disponibilidad inmediata» de las astillas de cítrico, reconoce Medio Ambiente. Por ello, uno de los condicionantes de la adjudicación que deberá cumplir la UTE es el suministro de estos pedazos de madera, en cantidad suficiente, para la correcta ejecución del proyecto. Una de las opciones sería obtener suministro de las podas de los cítricos ubicados en varias parcelas de la pedanía cartagenera de El Algar. Las empresas adjudicatarias se comprometieron a poder conseguir la cantidad suficiente de madera.
La demanda que prepara la mercantil contendrá nuevas valoraciones periciales, además de comprobar el valor en el mercado de las fincas agrícolas del Campo de Cartagena. Tras este trámite, la empresa propondrá una cantidad.
Fuentes de la Consejería subrayan que el proyecto no tiene por qué sufrir retrasos. Apuntan a que una cuestión es la disconformidad con el dinero pagado por las expropiaciones, que tendrá que determinarlo un juez, «y otra es que la obra sufra retrasos». Si la empresa pide como medida cautelar la paralización, «el juez tendrá que estimarlo tras escuchar la oposición de la Comunidad y si así lo acordara». Más allá de esto, Medio Ambiente espera que por fin las obras arranquen este mes de octubre, por lo que las balsas de biorreactores deberían estar terminadas en primavera del próximo año.
En enero de este año la Consejería tuvo que frenar la licitación de las obras por la escalada de los precios de los materiales de construcción. El presupuesto de entonces llegaba a los 2,5 millones, pero Medio Ambiente alegó que la valoración presupuestaria que se hizo al principio de la tramitación era «muy inferior a la real». Entonces ya alertó de que se duplicaría el coste, lo que retrasó la tramitación de un proyecto que comenzó a fraguarse en la Comunidad en diciembre de 2019.
La primera fecha que el consejero Antonio Luengo puso encima de la mesa para el inicio de las obras del filtro verde con astillas de madera era abril de este año.
Tras el problema de los costes, llegó otro inconveniente. En el documento de adjudicación de las obras a la UTE, la Consejería reconoce que, «por el retraso en la tramitación del expediente, no es posible la ejecución prevista inicialmente con cargo al presupuesto» de este año, por lo que Medio Ambiente tuvo que reajustar antes del verano las anualidades previstas en un principio para que las cuentas de 2023 asuman la mayor parte de la inversión económica. Con este reajuste, la Consejería cree que las obras sí comenzarán en octubre.
Las balsas pretenden captar 200 litros por segundo tanto del Albujón como del canal de desagüe D-7. Con un funcionamiento 24 horas al día, la Consejería estima que se limpiarán 6,3 hectómetros cúbicos al año. El proyecto acompaña a los humedales semiartificiales que el Ministerio para la Transición Ecológica se ha comprometido a construir en la desembocadura del Albujón para eliminar los nitratos del agua.
Ecologistas en Acción pregunta dónde están los filtros verdes auxiliares a las balsas
El plan para la construcción de las balsas de biorreactores venía acompañado de otro proyecto que planteó la necesidad de construir un filtro verde y otras balsas auxiliares del biorreactor de la rambla del Albujón y del canal D-7. Por lo pronto, este proyecto solo tiene aprobado el documento técnico con carácter inicial desde octubre de 2021.
Para Ecologistas en Acción esto supone que la Consejería quiere llevar a cabo un proyecto «incompleto» para desnitrificar las aguas del cauce, pues «ambos proyectos iban unidos y los filtros verdes se suponen que completaban el trabajo de los biorreactores». A esta queja le añaden que el proyecto «está analizado en una fase piloto» llevada a cabo por investigadores de la Politécnica de Cartagena. Su funcionalidad, apuntan, «a gran escala no está demostrada, por lo que estaríamos hablando de malgastar más de cuatro millones de euros». La organización, en las alegaciones presentadas al proyecto, protestan por la ausencia durante la tramitación del expediente de una evaluación de impacto ambiental simplificada. No convence, a juicio de los ecologistas, los informes llevados a cabo por la Consejería, que «carecen de rigor técnico y científico». Además, inciden en que las construcciones de las balsas tendrán un impacto sobre un espacio Red Natura 2000 como es el Mar Menor.
Fuente: laopiniondemurcia.es
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