Y llegó el tan ansiado jueves y el viejo chiste del intermitente está de moda.
–¿Funciona el intermitente?
–Ahora sí. Ahora no. Ahora si, ahora no.

Pues nos encontramos con normas, emanadas de los que nos gobiernan y legislan que funcionan como esos intermitentes.

Hace menos de una semana el Gobierno aprobó un Real Decreto, en el que bajo mano, casi obligaba a aprobar la utilización de mascarillas en exteriores. La incidencia de ómicron entre la población aún era muy alta. Hubo voces discrepantes. (No es de extrañar, discrepancias y negacionismos ha habido siempre) Pero eran casi de sentido común ¿Si voy solo por una calle del pueblo, a una distancia superior a dos metros del vecino con el que me cruce, si es que me lo cruzo, de que me sirve la mascarilla?.

Ahora sí, ahora no.
Pues ahora es que no. Desde el jueves ya no hace falta la mascarillas en exteriores cuando se mantenga la distancia de seguridad de dos metros.

Y me pregunto. Por una semana ¿No era más fácil tomar esta medida, que meter en un Real Decreto sobre la subida de las pensiones, una disposición sobre la mascarilla, que no tiene nada que ver?

Por su parte el Ayuntamiento de San Javier, en la reciente romería de San Blas, en La Ribera, prohibió que se hicieran fogatas en el suelo a las peñas y grupos que participaron en los tres días de fiesta.

La tradición ha marcado esta romería uniendo en torno a una hoguera a familiares y amigos en unas jornadas de asueto. Este año no.

Ahora sí, ahora no.
El publico, o no se informó o no quisieron informarse, pero las tradicionales fogatas se vieron en numeroso grupos, sin que las autoridades (llevadas ahora si por el sentido común) interviniesen; respetando así una tradición que en los más de cuarenta años de romería no ha provocado ningún problema. Al final la normativa quedó en agua de borrajas.

Ahora no, ahora sí.
Por el mismo camino va la nueva directiva sobre playas del municipio, en el que se prohíbe el acudir temprano a la playa y reservarse un sitio, mediante la colocación de sobrillas, silletas o neveras. La playa de es todos y así debe ser, pero ¿Van los servicios municipales a retirar los objetos y entregarlos a dependencias de a policía local, como marca la directiva? Permitidme que lo dude, pues al final el almacén policial va a aparecer una tienda de objetos playeros en el que no van a caber objetos importantes incautados en operaciones de interés.

Ahora no. Ahora sí. Ahora… no sé.

Antonio F. Samper

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