Silencio complice

Noche de San Juan. Noche mágica. Todo dispuesto, la ropa blanca, la disposición de entrar en el agua y salir hacia atrás, la ilusión por empezar con nuevos deseos y quemar lo viejo, saltar las hogueras y…

¿Qué hogueras?

No hay hogueras. El Ayuntamiento de San Javier las ha prohibido. Se ha cargado por bando municipal una tradición ancestral, una fiesta milenaria en toda la costa del Mediterráneo. ¡Eso es poder!

En parte entiendo la suspensión de la fiesta por prudencia, no hay suficiente dotación de bomberos para cubrir esas necesidades y antes de poner en peligro a nadie, y sobre todo antes de mostrar las consecuencias de la nefasta gestión de los Servicios de Salvamento y Rescate, llevada a cabo por la Comunidad Autónoma, mejor no hacer nada. Ojos que no ven, corazón que no siente.

Al menos, hace unos años, se contaba con la dotación de bomberos que prestaban servicio en el aeropuerto de San Javier, que en caso de emergencia actuaban en apoyo y refuerzo de sus compañeros, pero ahora, se los han llevado junto al aeropuerto, cientos de trabajos indirectos que este generaba y las ilusiones de crecimiento de toda la zona.

Hace unos meses, en este mismo foro, en un artículo titulado HEROES, puse de manifiesto las necesidades de las dotaciones de bomberos del municipio y de la comarca. Ni puto caso. Claro que si no hacen caso a criterios y opiniones más cualificadas, sería pretencioso que hicieran caso a este pobre escribidor.

Que es lo siguiente que van a prohibir: ¿Qué se incendie tu casa? ¿Qué se tenga un accidente de tráfico y quedes atrapado en el coche? ¿Qué los ancianos enfermen y se queden atrapados dentro de sus casas, sin poder salir? ¿Qué se tenga un accidente haciendo senderismo y te despeñes por un barranco? Hay que quedarse en el centro de la senda. ¿Qué se inunde tu domicilio y sótanos en un episodio de DANA, tan frecuentes en la zona?

Hay muchas cosas que prohibir para esconder las carencias de una gestión nefasta en un servicio esencial. Si no hay bomberos para las hogueras, difícilmente los va a haber para todo lo demás.

La seguridad ciudadana va a ser cuestión de tener cuidadín y apañártelas solo en caso de accidente, porque no hay bomberos, ni parece que los va a ver.

Fuera de coñas, resulta obsceno que en una comarca tan amplia y poblada como es la nuestra, un servicio esencial como el rescate y salvamento de personas, se encuentre en situación tan precaria. La gestión autonómica es un despropósito, en gran parte porque el director del servicio es nombrado a dedo sin mirar sus calificaciones profesionales y casi siempre es nombrado un deudo o amigo de la cúpula, o es el pago de un favor anterior.

La gestión de un servicio que se dedica por encima de todo a salvar vidas, es un desastre y nos pone a todos en riesgo, pues por desgracia, ni teniendo cuidado, estamos libres de tener un accidente o sufrir un siniestro.

Yo siempre he entendido que él unas elecciones municipales, las más cercanas y personales a los ciudadanos, se elige a los gestores del municipio y estos, en lugar de estar dependiendo de su partido, deben hacer y arbitrar las medidas necesarias para el bienestar de los vecinos. Hasta ahí llega mi ingenuidad.

El Ayuntamiento de San Javier, a la sazón del mismo signo político del Gobierno autonómico, con un alcalde que es el Secretario General de su grupo político, en lugar de luchar por sus vecinos, por la seguridad de todos, en lugar de protestar o de elevar mociones para solucionar la precaria situación de nuestras dotaciones de bomberos, prefiere, en aras a su propia promoción política, callar y tapar, no vaya a ser que pensemos que están actuando mal.

Antonio F. Samper

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